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Europa quiere usar el hidrógeno para sustituir al gas ruso, pero todavía no sabe si se podrá enviar por los actuales gasoductos

La invasión rusa de Ucrania ha supuesto un antes y un después económico y energético para Europa. La posición de la UE frente a la agresión le ha llevado a enfrentarse económica y diplomáticamente con uno de sus principales suministradores energéticos, algo que ha tenido consecuencias como una bajada de suministro de gas, subida de precios, pero también otros positivos como el convencimiento por fin de la necesidad de tejer alternativas al propio gas ruso. Y una de las grandes esperanzas a medio y largo plazo es el hidrógeno. Pero ¿Cómo se transportará el hidrógeno gaseoso para usos como la calefacción? Todavía no lo sabemos.

Y es que sobre el papel la idea es sustituir o mezclar el hidrógeno con gas y utilizar las mismas infraestructuras utilizadas con el hidrocarburo. Pero el problema es que todavía no se sabe cómo se hará, y lo más preocupante, es que cada vez son más los que dicen que no será posible usando el actual sistema de distribución.

Así lo indica el último informe publicado por el University College London, donde han indicado que el uso de hidrógeno gaseoso en las actuales redes de distribución de gas no será posible sin un cambio importante en su forma.

Según los responsables de la investigación: «La distribución fuertemente heterogénea de hidrógeno dentro del flujo de la tubería y en las paredes de la tubería podría indicar la ubicación de la posible degradación del material de la tubería, incluidos los efectos de corrosión de las tuberías»

Para la investigación el equipo se centró en el método de mezcla común, basado en la inyección de hidrógeno a través de un ramal lateral en una tubería colectora de gas principal (unión en T).

Según las primeras conclusiones: “La baja masa molecular del hidrógeno reduce la penetración del flujo de un ramal lateral y aumenta las fuerzas de flotabilidad que conducen a la estratificación con altas concentraciones de hidrógeno en la superficie superior de la tubería, aguas abajo del ramal. La inyección en la parte superior hace que la concentración de hidrógeno permanezca por debajo del 40% para hasta ocho diámetros de tubería desde el punto de inyección para diluciones volumétricas inferiores al 30 %. La inyección en la parte inferior promueve la mezcla dentro del interior del flujo y reduce la concentración de la pared en la superficie inferior, en comparación con la inyección en la parte superior”.

Algo que supone un jarro de agua fría para los planes de Europa de sustituir el gas ruso con hidrógeno, no solo por las dudas sobre la seguridad de inyectar el vector en la red de distribución, sino simplemente por generar dudas sobre una alternativa que parece no estar desarrollada técnicamente como para ser una opción real a corto y medio plazo.

Vía | International Journal of Hydrogen Energy

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