A finales del pasado mes de febrero, Hyundai ha realizado una serie de pruebas de autonomía con uno de sus modelos a hidrógeno durante un evento en Reino Unido. Una prueba de autonomía tanto con una carga completa como un recorrido en varios días que ha dado cifras muy llamativas, pero que no ha logrado atraer la atención de nadie.
Durante este evento, Hyundai ha usado el ix35 a hidrógeno con el que ha logrado dos récords: uno ha sido el del viaje más largo con un coche a hidrógeno en Reino Unido, 653 kilómetros en condiciones reales, mientras que el otro ha supuesto recorrer un total de 9656 kilómetros en seis días.
Para poner esto en perspectiva, según los datos de la consultora IDTechEx, la autonomía media declarada de un coche eléctrico a batería vendido en Europa en 2023 fue de 442 kilómetros. Cifra que además es la homologada, siendo la real algo inferior y donde luego entran en juego factores como los hábitos de conducción o las condiciones climatológicas.
Gran autonomía, pero a nadie le importa
La cuestión es que los coches a hidrógeno pueden disfrutar de un sistema con mucha mayor densidad energética, y además tiempos de repostaje muchísimo más rápidos. Pero a pesar de esto, no han logrado captar la atención del consumidor.
Las razones son variadas, como la falta de una mínima red de repostaje, los elevados costes de los vehículos, también los altos precios del hidrógeno, que se colocan por encima incluso de los combustibles fósiles.
Pero también hay otros factores que habitualmente pasan desapercibidos, como son los hábitos de conducción de los europeos.
Según las estadísticas recopiladas por el gobierno del Reino Unido, la distancia media de un viaje de un conductor de coche o furgoneta en 2022 fue de apenas 12.8 kilómetros diarios.
Unas estadísticas que además, se mantiene bastante estables en las últimas dos décadas, y que a pesar de referirse a Reino Unido, Europa tiene unas cifras bastante similares.
Esto quiere decir que a pesar de que la percepción es que el alcance de los coches eléctricos siguen siendo pequeñas, la realidad es que incluso duplicando los desplazamientos medios de los europeos, las autonomías de los coches eléctricos serían más que suficientes.
Por supuesto, el tener un punto de carga en la vivienda o en el trabajo es un aspecto muy importante, principalmente para la comodidad de tener el coche siempre cargado como deseamos en cada momento.
Para aquellos que no pueden cargar en casa, un eléctrico a batería es algo menos atractivo, aunque no es un problema insuperable, ya que la instalación de puntos de carga públicos, tanto rápidos como lentos, facilita cada vez más el poder tener un eléctrico sin lugar donde cargarlo.
Por su parte los modelos a hidrógeno sufren una grave falta de infraestructura de repostaje, y por ejemplo, en Reino Unido apenas llegan a las 10 estaciones abiertas. Una cifra que apenas ha avanzado en los últimos 10 años.
Todo esto lleva a la conclusión del informe de IDTechEx, que indica que a pesar de la evolución de los modelos a hidrógeno, que están reduciendo sus costes, el problema de la red de repostaje hace que su futuro sea muy incierto, quedando su aplicación a soluciones de nicho de mercado, como transporte de mercancías o taxi, siendo los coches eléctricos a batería la tecnología dominante en el futuro, gracias a su constante evolución y al apoyo de la mayor parte de los grandes fabricantes de coches que está mejorando las autonomías, y reduciendo sus costes.
