Los trenes a hidrógeno son un fracaso en Alemania con costes un 80% por encima de los eléctricos a batería

En los últimos años Alemania se ha enfrascado en la labor de reducir el consumo y las emisiones de su red de trenes. Un trabajo en el que se han apoyado en diferentes tecnologías, como los modelos a hidrógeno. Ahora, después de los primeros test reales los resultados muestran que esta alternativa es mucho más cara que las opciones eléctricas convencionales o a batería.

Uno de los primeros en apostar por los modelos a hidrógeno ha sido el estado de Baden-Württemberg. Allí una pequeña flota de trenes impulsados por una pila de combustible de hidrógeno han estado trabajando en 16 rutas diferentes para conocer el potencial y las limitaciones de la tecnología. El resultado, un total fracaso del hidrógeno.

Según los responsables de la iniciativa, los trenes de celdas de combustible de hidrógeno “Ya no se considerarán en un futuro cercano por varias razones operativas y económicas. En una comparación directa, esta tecnología no pudo imponerse en ninguna de las rutas examinadas en Baden-Württemberg, debido a la infraestructura y las características operativas«.

En un informe, el ministro de transporte del estado, Winfried Hermann, expuso los aspectos positivos y negativos de cada una de las tres opciones eléctricas consideradas: trenes de hidrógeno, híbridos de batería y trenes eléctricos convencionales.

Por un lado los aspectos positivos del hidrógeno fueron: un menor impacto en la transición y durante la operación, ya que no se necesitan cambios en la infraestructura ferroviaria. Pero los aspectos negativos se impusieron con claridad y entre ellos se destacaron algunos como el elevado coste de la infraestructura de repostaje, la baja eficiencia, alto consumo de energía y alto coste del propio hidrógeno, la limitada disponibilidad de hidrógeno verde, y también la necesidad de rellenar de forma constante los depósitos de las estaciones de servicio.

El mayor coste operativo de los trenes a hidrógeno

El estado ha presentado los números estimados del coste a 30 años de la infraestructura usando los diferentes sistemas. Y la conclusión es que el coste total de propiedad de un sistema a hidrógeno sería de 849 millones de euros. Cifra que se puede comparar con los 506 millones de euros de un modelo eléctrico a batería (batería+pantógrafo) o los 588 millones de euros de los trenes eléctricos convencionales.

Esto supone que el modelo a hidrógeno en esta línea será entre un 31 y un 67% más costoso que un modelo eléctrico a batería o un eléctrico convencional. 

Pero estas diferencias dependen mucho de la línea, y por ejemplo en la de Nagoldtalbahn, el coste ascendería a 476 millones de euros en el caso del hidrógeno, por los 262 millones de euros del modelo eléctrico a batería, un 81 % menos.

Ante este escenario, los expertos han recomendado a las autoridades del estado que tres de las seis subredes reemplacen las locomotoras diésel por trenes eléctricos a baterías; y que los otros tres deberían usar trenes eléctricos convencionales, aunque también han añadido que en cada caso, la diferencia de coste entre eléctrico de batería y líneas eléctricas aéreas sería “pequeña” o “muy pequeña”.

No es el primer caso donde se constata que en la mayor parte de los casos, las opciones eléctricas a batería o conectadas a la red, son mejor alternativa que el hidrógeno.

El año pasado el estado de Sajonia concluyó que la mejor forma de sustituir a las locomotoras diésel en Leipzig era con trenes eléctricos a batería. Una solución que catalogaron como «óptima» en comparación con el hidrógeno.

Entre las razones además del elevado coste de la infraestructura y el hidrógeno, se ha añadido otro problema y es que no se sabe si habrá suficiente hidrógeno verde disponible en los próximos años. Una incertidumbre que tiñe de negro el futuro de esta alternativa.

Unas conclusiones que reforzarán la apuesta de los que están invirtiendo en la expansión de las líneas electrificadas, que podrán ser complementadas con modelos híbridos capaces de moverse por estas líneas y recargar sus baterías, para poder continuar su viaje en aquellas zonas sin catenaria.

Fuente | Baden-wuerttemberg