Es bastante raro, sobre todo en los últimos años donde las autonomías y las redes de carga han crecido bastante. Pero el temor a que la carga de la batería de nuestro coche eléctrico llegue al 0% o 0 a kilómetros, es algo habitual entre los usuarios. La pregunta es qué sucede cuando llegamos a esta situación.
Normalmente, los coches eléctricos nos dan una estimación en kilómetros o porcentaje (o las dos cosas) de la autonomía restante. Antes de quedarse sin carga, nuestro vehículo seguramente nos avisará de que nos acercamos a un nivel peligroso y nos animará a buscar un lugar donde cargar.
Por supuesto, hay que tomarse la situación con calma pero con seriedad, ya que esto supone dos cosas: por un lado estamos llevando la batería a una descarga profunda, que puede dañar su capacidad y hacer que sufra degradación, lo que se traduce en que perderemos autonomía con el paso de los kilómetros si lo hacemos habitualmente. Por el otro corremos el evidente riesgo de quedarnos tirados en la carretera. Algo bastante desagradable que nos obligará a tener que llamar a la grúa. Y no siempre acuden rápido a nuestro auxilio.
La batería del coche eléctrico está completamente descargada. ¿Qué pasa entonces?
Pero La cuestión es que incluso cuando el marcador llega al cero, la batería todavía mantiene una reserva que nos permitirá recorrer unos cuantos kilómetros antes de que esto suceda. ¿Cuántos? Eso dependerá del modelo.
Según un test realizado por la organización europea Autobest ha realizado una prueba con 15 de los modelos eléctricos más populares para saber hasta dónde pueden llegar cuando la batería llega al cero según el marcador.
La conclusión del estudio indica que cuando esto sucede, lo primero que suele pasar es que el sistema busque reducir como sea posible el consumo para extender la autonomía. Algo que supone en la mayor parte de los casos entrar en un «modo tortuga» que limita de forma importante la potencia del motor.
Una vez pasada la barrera del 0%, el estudio ha mostrado que los vehículos todavía mantienen entre 14 y 37.8 kilómetros de autonomía en la reserva.
Pasada esta barrera, entonces el coche llegará a detenerse totalmente, lo que nos llevará al siguiente problema. El remolque.
Y es que tal como indica el estudio, muchos vehículos eléctricos no tienen modo «neutro». Una N que ponga el coche en punto muerto y que le facilite el ser remolcado por determinado tipo de grúas. Es posible que podamos moverlo en una distancia muy corta, unos pocos metros, a una velocidad muy baja, máximo 5 km/h para de esa forma no dañar el sistema de transmisión.
Por lo tanto, solo nos queda mirar en el manual y avisar al seguro de que nos mande un remolque que por suerte para nosotros, en España se han impuesto mayoritariamente aquellos con plataforma donde el coche no tiene que ser arrastrado más allá de esos pocos metros recomendados.
La conclusión es que cuando la batería de nuestro coche eléctrico está en una zona muy baja, debemos tomar las medidas necesarias para darle solución con una recarga. Pero no debemos entrar en pánico, tendremos que intentar reducir al máximo el consumo, y calcular la distancia hasta el punto más cercano teniendo en cuenta el margen que nos dará la batería una vez llegado a cero.
