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Rolls-Royce no descarta abandonar las baterías en favor del hidrógeno

La demanda del primer coche eléctrico del Rolls-Royce, el suntuoso coupé Spectre, ha superado con creces las expectativas de la firma británica, hasta el punto de que su actual lista de espera llega a los 15 meses. Las primeras entregas del esperado automóvil están programadas para finales de este mismo año.

Gracias a su enorme batería de 120 kWh de capacidad, el Rolls-Royce Spectre anuncia una autonomía de 520 km WLTP, cifra que Torsten Müller-Ötvös, CEO de la compañía, considera que satisfará sobradamente las necesidades de sus clientes. «No necesitamos liderar en términos de autonomía, para nuestros clientes, 500 kilómetros es perfectamente adecuado».

Al igual que otras marcas de lujo, la transición de Rolls-Royce hacia la movilidad cero emisiones será relativamente rápida, pues abandonará los motores de combustión interna de forma definitiva para el año 2030. Sin embargo, la empresa no planea dejar de explorar otras tecnologías de propulsión alternativas.

Aunque Müller-Ötvös descarta el uso de motores térmicos alimentados por hidrógeno, cree que las pilas de combustible podrían tener un hueco en su gama. «¿Y por qué no? Diría que cuando sea el momento adecuado para nosotros, y cuando la tecnología esté más avanzada, definitivamente es algo que perseguiríamos en Rolls-Royce. ¿Por qué no? Podríamos abandonar las baterías y entrar en las pilas de combustible«.

Rolls-Royce Spectre

Rolls-Royce abandonará los motores de combustión interna en 2030

BMW, matriz de Rolls-Royce, es uno de los pocos fabricantes que sigue defendiendo el uso de hidrógeno en turismos. Gracias a su alianza estratégica con Toyota, la firma bávara espera poder lanzar su primer modelo con pila de combustible destinado al mercado de masas a lo largo de la segunda mitad de la década.

A pesar de que ofrece una mayor rapidez de repostaje, el hidrógeno actualmente se enfrenta a varios problemas que dificultan su implantación en el sector del transporte ligero. Para empezar, es una solución energéticamente menos eficiente que la electrificación directa; además, la infraestructura de recarga es mucho más compleja y cara de desarrollar. Tampoco podemos perder de vista los elevados costes de producción de estos vehículos.

El propio Müller-Ötvös reconoce que, en muchos aspectos, los coches eléctricos a baterías son una alternativa más cómoda para sus clientes. «Obviamente, no se puede tener carga de hidrógeno en casa, mientras que [con los vehículos eléctricos a baterías] se tiene esa gran ventaja, y todos nuestros clientes tienen grandes garajes. Muchos ya tienen [sistemas de] carga instalados en casa porque, para muchos, el Spectre no es su primer coche eléctrico».

Fuente | Autocar

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