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Se certifica el final de Mitsubishi en China ¿Quién será el siguiente? Mazda, Nissan, Toyota, Honda…

Hace unos días hablábamos de como Mitsubishi estaba cerca de finiquitar su aventura en China. Un cierre que ahora acaba de ser confirmado oficialmente por la dirección japonesa, que pone punto y final al recorrido de una marca que llevaba 50 años trabajando en el gigante asiático.

En una carta a los empleados, la dirección de la empresa conjunta GAC-Mitsubishi, certificaban el final de la producción y el abandono del mercado chino.

Una de las primeras y más llamativas consecuencias, es que los activos de la empresa conjunta pasarán a manos de GAC, que serán absorbidos por la nueva marca de coches eléctricos de GAC, Aian.

Entre ellos, se planea transformar la fábrica, con capacidad para 200,000 unidades al año, que originalmente producía el modelo Outlander de Mitsubishi, y que pasará a convertirse en la tercera fábrica de coches eléctricos de Aian.

El nombre en código interno «Proyecto ACS» ha comenzado oficialmente con la transformación de la línea de producción de GAC Mitsubishi, y con el objetivo es contar con las primeras líneas de producción a principios del próximo año.

Las razones de la caída de Mitsubishi

Los expertos coinciden en que el final del recorrido de Mitsubishi en China ha sido la falta de adaptación a un mercado que ha pivotado rápidamente hacia el coche eléctrico.

El principal activo en este mercado ha sido un Outlander, que se lanzó en China durante su tercera generación en 2013. Un modelo que logró incrementar las ventas de la marca hasta su pico en 2018 cuando llegaron a las 144.000 unidades. Un máximo de la marca, pero una ínfima parte de sus principales rivales japoneses, como el Toyota Rav4 o el Honda CR-V, y de alemanes como el Volkswagen Tiguan.

Un ejemplo del inmovilismo que ha condenado a Mitsubishi, es que el propio Outlander no ha sido renovado entre su lanzamiento en 2013 y el 2021. Casi 9 años en los que la propuesta inicial se ha quedado totalmente obsoleta.

El resultado ha sido un constante descenso en las ventas, que supuso en 2021 quedarse en apenas 60.000 unidades vendidas en toda China, que bajaron a las 30.000 unidades en 2022.

A la desesperada, Mitsubishi lanzó un coche eléctrico, el SUV eléctrico Airtrek. Pero la recepción ha sido casi nula, vendiendo en los seis primeros meses del año apenas 145 unidades, y certificando el final de la aventura china para la marca nipona

¿Quién será el siguiente?

Ahora la pregunta es cuál de los fabricantes japoneses será el siguiente en caer en China. Las apuestas se centran principalmente en Mazda, que no para de perder ventas en este mercado, y Nissan, que cuenta solamente con una baza en este mercado, el Sylphy. Una berlina de cuatro puertas que es una simple conversión de un modelo de combustión, que adopta el sistema del LEAF 40, con motor de 150 CV y batería de 40 kWh, y que como era de esperar, está pasando totalmente desapercibido por el mercado.

También están en trayectoria de colisión Toyota y Honda. Dos marcas con cifras de ventas más elevadas que la anteriores en el mercado chino, pero que están viendo como sus cifras se contraen de forma bastante rápida. Concretamente, en lo que llevamos de año, Toyota ha caído un 15% respecto al mismo periodo del 2022, mientras que el descenso de Honda llega al 20%.

Unas marcas muy centradas en el mercado de los coches híbridos, que han visto como en apenas dos años, BYD les superaba de largo en este sector.

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