Cuando Tesla presentó su modelo de negocio, con venta directa y sin intermediarios, no solo se encontró con la sorpresa y los malos augurios de muchos, sino que incluso se enfrentó a un sistema establecido que le impedía operar en algunos estados de los EE.UU. Pero ahora con la electrificación en plena expansión, los problemas los empiezan a tener los grupos tradicionales, como Ford, que ve como sus propios concesionarios boicotean al coche eléctrico.
Aproximadamente la mitad de los concesionarios Ford, un total de 1.550 centros, han optado en 2024 por seguir vendiendo exclusivamente vehículos híbridos y gasolina, dejando la decisión de comenzar a vender coches eléctricos para más allá de 2025.
Esta actitud choca con los esfuerzos que Ford está realizando para ampliar su familia de coches eléctricos, así como su producción. Según los datos publicados por Ford, la división de coches eléctricos ha tenido unas pérdidas de 700 millones de dólares en el primer trimestre de este año, con unas perspectivas de seguir siendo deficitaria durante varios años más.
Un programa en plena fase de expansión que incluye la puesta en marcha de nuevas fábricas de coches, de baterías, y en software, que lastran los números generales. Una inversión fundamental para no quedarse atrás de forma irreversible.
Coche eléctrico de Ford: no todos reman en la misma dirección
Una de las razones que los concesionarios argumentan contra el coche eléctrico es la fuerte inversión que tienen que realizar para adaptar sus instalaciones y modelo de negocio.
Según los datos de la propia empresa, la inversión necesaria para cumplir con los estándares para la venta y reparación de coches eléctricos de Ford pueden costar a los distribuidores más de un millón de dólares, incluida la instalación de cargadores rápidos y la capacitación del personal.
Una inversión de futuro que está generado resistencia, lo que ha desencadenado demandas y disputas, como el reciente fallo a favor de un grupo de concesionarios de Illinois que afirmaba que el programa de Ford violaba las leyes estatales.
Entre las consecuencias de estos encontronazos encontramos que las ventas han comenzado a aflojar, y como ejemplo la anunciada reducción de la producción de la F-150 Lightning, que en 2024 reducirá su capacidad de las 3.200 unidades a la semana actuales, a las 1.600 unidades. Todo por la débil demanda.
Una guerra civil que no llega ni mucho menos en el mejor de los momentos, donde la competencia aprieta y donde lanzamientos tan extravagantes como la Tesla Cybertruck, hasta ahora impensable de ver en la carretera, ya está comenzando lentamente a llegar a los primeros clientes.
Fuente | DP
