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Ruedas que se salen, suspensiones rotas. Los graves fallos de los que Tesla culpa a los conductores

Cualquier coche es susceptible de sufrir un fallo de producción, y como ejemplo las llamadas a revisión que en mayor o menor medida todas las marcas han sufrido. Pero en el caso de Tesla, el principal problema es tanto la enorme visibilidad de cualquier mínimo suceso, así como la nefasta gestión postventa que amenaza con llevarse por delante la imagen de marca ya dañada por las declaraciones de Elon Musk.

En la red podemos encontrar cientos de casos de unidades de Tesla que han sufrido diferentes problemas, incluyendo unidades con muy pocos kilómetros.

Desde ruedas que se salen con el coche circulando, el colapso de suspensiones en vehículos recién salidos del concesionario, ejes que se rompen al acelerar. Decenas de miles de clientes informaron a Tesla sobre una serie de fallos en diferentes piezas de unidades con poco kilometraje.

El fabricante, por su parte, ha tirado balones fuera, e intenta ahorrar costes culpando a los conductores por el “abuso” de los vehículos. Pero los documentos de Tesla muestran que había rastreado y conocido los “defectos” y “fallos” crónicos durante años, y ha seguido cargando la responsabilidad, y el coste de reparación, a sus clientes.

Casos como el de Shreyansh Jain, un británico que se compró un Model Y, que con apenas 200 kilómetros en su marcador, perdió el control de la dirección mientras giraba lentamente hacia su vecindario. La suspensión delantera derecha del vehículo había colapsado y partes del vehículo rozaron la carretera cuando se detuvo.

Un imprevisto que, de haber sucedido en autovía, podría haber causado un grave accidente. La cuestión es que este propietario acudió a Tesla para solicitar explicaciones, y la reparación. La respuesta de Tesla ha sido un presupuesto de 40 horas de trabajo para reconstruir la suspensión y reemplazar la columna de dirección, entre otras correcciones, todo con un coste de 12.700 euros.

Tesla se negó a afrontar la reparación, alegando según el propietario «daños anteriores en la suspensión«. Una unidad como recordamos recién salida de la tienda.

Según una revisión de Reuters de miles de documentos de Tesla, no es el único caso, con muchos propietarios de Tesla que han experimentado fallos prematuros en la suspensión o en las piezas de dirección.

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Los errores crónicos, muchos de ellos en vehículos relativamente nuevos, se remontan a al menos siete años y se extienden a toda la línea de modelos de Tesla y a todo el mundo, desde China hasta Estados Unidos y Europa, según los registros y entrevistas con más de 20 clientes y nueve exgerentes de Tesla o técnicos.

Los documentos, que no se han visto anteriormente, ofrecen la visión más completa hasta la fecha sobre el alcance de los problemas y cómo Tesla manejó lo que sus ingenieros han llamado internamente «defectos» y «fallos» de las piezas. Los registros y entrevistas revelan por primera vez que el fabricante de automóviles sabe desde hace mucho más sobre la frecuencia y el alcance de los defectos de lo que ha revelado a los consumidores y a los reguladores de seguridad.

Este se debe al modelo de negocio de la propia Tesla, que controla el diseño, producción e instalación de la mayor parte de sus piezas, y por lo tanto, sabe cuándo fallan y por qué.

A diferencia de los fabricantes de automóviles tradicionales, que utilizan concesionarios independientes para vender y reparar vehículos, Tesla vende directamente a los clientes y posee y opera una gran parte de sus centros de servicio. Eso le da al fabricante de automóviles una visibilidad extraordinariamente detallada en tiempo real de los fallos en sus piezas, reparaciones y reclamaciones en garantía, que los ingenieros de Tesla rastrearon y analizaron meticulosamente durante años, según muestran los registros de la compañía.

La culpa es de los clientes

Pero como hemos dicho al principio, el principal problema es la actitud prepotente de Tesla, y según entrevistas con ex gerentes de servicio técnico de Tesla, registros de la compañía y una carta de Tesla de 2020 a la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras de EE. UU. (NHTSA) se ha limitado a culpar a los propietarios de los frecuentes errores en sus vehículos, alegando que abusaron de los coches.

En otros casos, el fabricante cobró a los clientes reparaciones fuera de garantía por reemplazar piezas que los ingenieros de Tesla llamaron internamente defectuosas o que sabían que tenían altas tasas de errores. Los ingenieros ordenaron rediseños repetidos para varias piezas y discutieron la posibilidad de pedir reembolsos a los proveedores debido a los defectos.

Opinión

Tesla llamada a revisión Model S y Model 3 España

Yo mismo he sufrido estos problemas con mi Model 3. Una unidad del 2019, Long Range Dual Motor, que ha tenido que pasar varias veces por el taller para arreglar problemas en la zona de los ejes.

Una primera visita en julio de 2020 para reparar un ruido procedente del eje delantero, que provocaba un fuerte ruido metálico al girar a baja velocidad. Una reparación cubierta por la garantía, pero que supone tener que desplazarse hasta mi centro técnico más cercano, en Oporto, a dos horas y media de mi vivienda.

En octubre de 2021 pasé la primera revisión general, donde Tesla volvió a sellar la rótula del brazo de control superior delantero, de nuevo sin coste más allá de los 121.11 euros del coste de la revisión.

La siguiente visita ha sido el 14 de abril de este 2023, por la reaparición del ruido en la zona del eje delantero, que ha supuesto la sustitución de los brazos de suspensión inferiores. Otra vez, cubierto por una garantía que terminaba en septiembre de este año.

Justo al terminar la garantía, de nuevo otro ruido ha vuelto para mi desesperación. Esta vez en la zona trasera, que según Tesla, se solucionaba lubricando las transmisiones. Algo que se ha hecho, pero esta vez fuera ya de garantía, y con un coste de 170 euros, más 40 euros por el diagnosis del fallo. Un diagnóstico que hace un mecánico con el conductor reproduciendo el error. Sumemos de nuevo los gastos de tener que volver a Oporto, con recargas, peajes, comidas…etc.

Ahora hay que cruzar los dedos ya que la garantía se ha terminado, y a partir de ahora los fallos, que como vemos suceden incluso a las unidades nuevas, no aparezcan recurrentemente, ya que lo contrario será un trasiego constante a Portugal, o la búsqueda de un taller local que pueda hacer frente a estos imprevistos.

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