Elon Musk tuvo un suelo allá por 2013: la creación de una nueva red de transporte futurista llamado Hyperloop, utilizando cápsulas capaces de viajar con electricidad a velocidades muy elevadas, mediante levitación, por tubos instalados en la superficie terrestre.
Ahora, 10 años después, tras millones y millones de inversión, una de las grandes empresas valedoras de este concepto, Hyperloop One, anuncia su cese definitivo para finales de este año, confirmando lo que venimos diciendo desde hace un tiempo: un absoluto fracaso.
Llevamos años hablando de esta idea que parecía ser (y lo era, en realidad) revolucionaria por completo: transportar objetos y personas a través de tubos sellados a gran velocidad, gracias a la gravitación magnética. Sin embargo, y de acuerdo a la información publicada por Bloomberg, Hyperloop One da por terminado su investigación.
Fin a una idea millonaria que no cumplió las expectativas
El propio Musk hablaba en su día de la posibilidad de alcanzar la mitad de la velocidad del sonido, unos 617 km/h, pero otros proyectos hablaban de 900 km/h e incluso llegar a las cuatro cifras. De Los Ángeles a San Francisco, o de Nueva York a Washington DC en apenas 30 minutos, algo que cambiaría por completo.
¿Te imaginas enviar un paquete o viajar de Madrid a Barcelona en apenas media hora? Más o menos, esa era la idea original. De entre todos los proyectos que han surgido en torno a esta, el caso de Hyperloop One es quizás el que se lleve la ‘palma’. Detrás tuvo la inversión millonaria de Virgin Group, con Richard Branson a la cabeza.
En 2017, sin ir más lejos, aportó 350 millones de dólares: con su empresa DP World, con sede en Dubái, pretendía impulsar tanto el envío de mercancías como de personas, mediante cápsulas de las que incluso llegó a haber prototipos. Sin embargo, el proyecto de Hyperloop One fue recibiendo zancadillas una detrás de la otra.
Acusaciones de conducta sexual para uno de sus fundadores, la salida de Branson como presidente, la pandemia por coronavirus, reducciones de plantilla… Y todo ello, sin contar las dificultades económicas evidentes, tanto por el alto coste de las infraestructuras como los costes operativos del sistema, por no hablar del escaso apoyo a nivel oficial.
En 2020, la compañía incluso realizó una primera (y única) prueba con pasajeros humanos: apenas se alcanzaron los 160 km/h… Más tarde, en 2022, dijeron centrarse únicamente en el transporte de mercancías. Ahora, se pone punto final a un proyecto que desde hace tiempo tenía visos de acabar como ha acabado. La compañía DP World, con los derechos de propiedad intelectual y los activos físicos del proyecto, venderá en su totalidad incluso su pista de pruebas en las afueras de Las Vegas.
Fuente | Electrek
