En las primeras generaciones, las preocupaciones de los usuarios era de cuánto duraría la batería de los coches eléctricos. Incluso se pusieron en marcha formatos de alquiler solo del acumulador, para mitigar esos temores. Pero el paso del tiempo está demostrando que, salvo excepciones, el funcionamiento de las baterías está siendo mucho mejor de lo que se temía.
Frank Demmler es un empresario alemán que se ha convertido en uno de los pioneros en la venta exclusivamente de coches eléctricos. Cuenta con un concesionario en la pequeña ciudad sajona de Wilkau-Haßlau, donde ha logrado acumular experiencia sobre el rendimiento de los coches eléctricos usados.
Este pionero ha visto como la demanda de eléctricos en los últimos años ha aumentado de forma considerable, principalmente impulsado por factores como la llegada de nuevas propuestas cada vez más capaces, que han permitido ir creando un mercado de ocasión más robusto.
Demmler ha compartido con los medios alemanes un ejemplo de la confianza que tiene en los coches eléctricos gracias a su experiencia después de 10 años a los mandos de este negocio.
Por ejemplo, en esta década ha vendido cerca de 100 unidades del Renault ZOE, de los cuales solamente dos han tenido un fallo en la batería. Un problema que ha podido ser solucionado en su propio taller, por lo que incluso estos modelos han regresado a la carretera.
Por supuesto, a la hora de comprarse un coche eléctrico, hay que seguir algunos consejos. Por ejemplo, comprobar que la batería esté en buenas condiciones. Al ser uno de los componentes más caros, reemplazarla por una nueva elevaría considerablemente los gastos asociados a la compra de un coche eléctrico.
Es importante determinar si la batería cuenta con garantía. La mayoría de las marcas ofrecen cobertura durante los primeros 8 años o 160.000 kilómetros (el primer hito que se alcance) lo que supone que la mayor parte de los modelos posteriores a 2015 o 2016 pueden estar todavía en garantía.
También es importante conocer el nivel de degradación de la batería. Por ejemplo, si conserva el 80% de su capacidad original, significa que ofrecerá un 20% menos de autonomía. Dependiendo del modelo, esta información aparecerá en el cuadro de instrumentos o se puede determinar con una aplicación para móviles y un teléfono conectado al puerto OBD. Pero la mejor manera de averiguarlo consiste en solicitar un certificado en un centro autorizado del fabricante. Es verdad que obtenerlo puede llevar un coste extra, pero podría ahorrarte mucho dinero a la larga.
Una revisión de los logs de información que nos puede ofrecer otra info adicional, como el número de kilómetros reales, el número de cargas rápidas al que ha sido sometido…etc.
Estado de la batería después de tres o cuatro años
Aunque los modelos más antiguos en el mercado tienen apenas 10 años, ya hay información sobre el rendimiento de la batería. Según los datos de la empresa alemana de verificación y revisiones DEKRA, después de tres o cuatro años lo habitual es que la batería todavía se mantenga entre el 93 y el 95% de capacidad.
El propio Frank Demmler indica que las pruebas de verificación son beneficiosas tanto para el comprador como para los vendedores, que en cada vez mayor número están lanzándose a la venta de coches eléctricos que no paran de crecer en número.
La conclusión es que comprarse un coche eléctrico de segunda mano puede ser una excelente alternativa, ya que supone rebajar de forma considerable el precio inicial, y además, como hemos visto, con las medidas oportunas nos permite llevarnos a casa un modelo habitualmente en muy buenas condiciones en cuanto a su batería.
