El presidente de BMW dice que la amenaza china se ha exagerado

Si hay una tendencia en los últimos meses dentro del sector del automóvil, este es el imparable crecimiento del número de marcas chinas que están operando en occidente. También lo son sus ventas. Pero para el presidente de BMW, Oliver Zipse, esta amenaza se ha exagerado.

Para Zipse, la expectación del desembarco de los fabricantes chinos es «pretencioso». Según el directivo de BMW: «La industria automovilística europea, en lo que respecta al Grupo BMW, no se ve enormemente dañada por la importación de automóviles chinos, ni a la UE le interesa imponer más aranceles a estos productos«.

Además, Zipse ha añadido que no es posible que alguien llegue a un mercado como el europeo y simplemente se haga con sus ventas.

El directivo también se ha posicionado en contra de elevar los aranceles a los coches llegados de China. Una posición que se alinea con otras marcas alemanas, como Mercedes-Benz, y que atiende al peligro que un conflicto comercial podría tener en sus ventas dentro del mercado chino.

En el caso de BMW hablamos de que el 32% de sus ventas el pasado año, 824.832 unidades, han tenido lugar en aquel mercado. Algo que supone que cualquier movimiento en este aspecto puede dañar gravemente sus ingresos.

No todos están de acuerdo, y como suele ser habitual, cada uno habla de la feria según sus intereses.

Por ejemplo, los fabricantes de segmentos de volumen, como Renault, si ven el peligro de la avalancha china. El propio presidente del grupo, Luca de Meo, ha indicado que los coches eléctricos chinos compactos tienen una ventaja de precio de entre 6.000 y 7.000 euros en sus costes de producción, lo que supone una competencia difícil de superar.

Algo que tiene su origen en unos menores costes laborales, energéticos, pero también por las grandes ayudas públicas que han recibido los fabricantes chinos, que supone una competencia desleal.

Luca de Meo es consciente de que la guerra comercial, como la iniciada por Estados Unidos, no es el camino, y que hay que llegar a acuerdos con China para contar con unas reglas de juego en igualdad de condiciones.