Los expertos auguran el colapso de los fabricantes alemanes por su falta de competitividad con los coches eléctricos

Alemania ha sido, hasta ahora, el motor de la industria del automóvil en Europa. El principal mercado y el principal fabricante. Pero la falta de visión de sus fabricantes, centrados en el motor de combustión y en pelear contra los límites de emisiones, ha permitido a China emerger como superpotencia en el sector del coche eléctrico, lo que ha colocado a los grupos germanos en una situación tan delicada que algunos expertos auguran graves problemas ya en dos o tres años.

Así lo ha indicado el experto en la industria del automóvil Ferdinand Dudenhöffer, fundador del Instituto de Investigación Center Automotive Research (CAR), que en una entrevista con el diario Berliner Zeitung, ha compartido su preocupación por la evolución de grupos como Volkswagen, y donde se muestra muy pesimista sobre el futuro de la movilidad eléctrica en Alemania.

«Si no logramos contrarrestar esto, sufriremos daños a largo plazo. Es posible que estos daños no aparezcan mañana por la mañana, sino dentro de dos o tres años.»

Dudenhöffer está convencido de que, a más tardar en 2030, todo el mundo se dará cuenta “de que ya no podemos permitirnos un transporte con tantas emisiones de CO₂”. Sin embargo, «los chinos seguirán ampliando su ventaja, mientras que nosotros perderemos». El resultado será que cada vez más fábricas, como la de Bruselas o Zwickau, tendrán que cerrar o reducir su capacidad.

Para el analista, Audi y Volkswagen son en parte responsables de sus propios problemas. VW no logró convencer a los clientes con sus coches eléctricos en términos de diseño, calidad y software, a pesar del enorme gasto realizado. Y los numerosos cambios en la junta directiva de Audi no habrían hecho posible una estrategia a largo plazo.

Sin embargo, Dudenhöffer considera que la principal causa de la crisis es el gobierno de Alemania, y más concretamente el ministro de Economía, Robert Habeck . “La eliminación de las  ayudas a la compra ha puesto al coche eléctrico en un aprieto. Además, el debate artificial sobre la retirada del motor de combustión inquieta aún más a los consumidores”.

Ante esta situación, Dudenhöffer está seguro de la solución: Alemania debe cooperar más con China para poder aprovechar las ventajas de la industria automovilística del gigante asiático en materia de coches eléctricos y poder seguir manteniendo el ritmo.

Gracias a esta ventaja, los chinos tendrían ventajas de costes a través de mayores volúmenes de ventas y producción, así como una mejor tecnología, lo que les ha convertido en líderes absolutos.

Esto nos indica que los aranceles contra los fabricantes chinos no ayudan. En lugar de ello, hay que acercarse a China y tratar de beneficiarse de su experiencia. Según Dudenhöffer: «Cuanto más cerca estés de China, más estable serás con los coches eléctricos. Y lo que están haciendo los políticos y lo que está haciendo Bruselas es exactamente lo contrario«