Los datos confirman que los puntos de carga rápida no son un peligro para la red eléctrica
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Publicado: 12/08/2024 09:51
Son muchos los agoreros que indican que las redes eléctricas no soportarán la llegada de millones de coches eléctricos al mercado. Una afirmación que no sustenta ningún estudio ni ningún caso práctico. En cambio, los datos de los mercados más avanzados nos indican que incluso con una adopción masiva, la carga rápida no será un problema.
El gobierno de Noruega ha publicado los datos de consumo que ha tenido la red de carga rápida del país el año pasado. Unas cifras muy significativas que indican que en 2023, los 7.725 cargadores rápidos que hay en funcionamiento han consumido un total de 302,4GWh, lo que representa apenas el 0,2% del consumo total de electricidad de Noruega, que llegó a los 127 TWh.
Esto además se produce en un momento donde las ventas están creciendo de forma intensa en ese mercado, así como la red de carga, que el pasado año incrementó un 44% su número de estaciones en marcha.
A los puntos rápidos se suman también los privados, que han incrementado un 60% su número el pasado año, hasta llevar la red del país nórdico hasta los 18.000 puntos activos.
Unas inversiones por parte de los operadores de carga que han llevado la tasa actual de la red hasta los 89 coches por punto en marcha.
El problema de Europa con la red de carga
Mientras que Noruega ve el objetivo de forma clara, Europa está dudando. Así lo indicaba un informe de la patronal del automóvil europea, ACEA, que decía que entre 2017 y 2023 las ventas de coches eléctricos en la UE crecieron tres veces más rápido que la instalación de puntos de recarga. De cara al futuro, la UE necesitará ocho veces más puntos de recarga al año para 2030, según las estimaciones del sector.
“Necesitamos que los coches eléctricos se adopten masivamente en todos los países de la UE para alcanzar los ambiciosos objetivos europeos de reducción de CO2. Esto no será posible sin una amplia disponibilidad de infraestructuras de recarga públicas en toda la región”, afirmó la directora general de ACEA, Sigrid de Vries.
“Nos preocupa mucho que el despliegue de infraestructuras no haya seguido el ritmo de las ventas de coches eléctricos a batería en los últimos años. Es más, esta ‘brecha de infraestructura’ corre el riesgo de ampliarse en el futuro, en una medida mucho mayor de lo que estima la Comisión Europea”.
El año pasado se instalaron algo más de 150.000 puntos de carga públicos en toda la UE (menos de 3.000 por semana de media), alcanzando un total de más de 630.000.
Según la Comisión Europea, de aquí a 2030 se deberían instalar 3,5 millones de puntos de recarga. Para alcanzar este objetivo habría que instalar unos 410.000 puntos de recarga públicos al año (o casi 8.000 a la semana), casi tres veces la tasa de instalación anual actual.
Sin embargo, la ACEA estima que se necesitarán 8,8 millones de puntos de carga para 2030. Para alcanzar esta cifra sería necesario instalar 1,2 millones de cargadores al año (o más de 22.000 por semana), ocho veces la tasa de instalación anual más reciente.
Una infraestructura crítica para lograr la implantación masiva de la movilidad eléctrica, tanto ligera como pesada, y que como vemos, no será un problema para las redes eléctricas incluso con una implantación masiva de las redes rápidas.