
Cargar un coche eléctrico sin enchufarlo ya es posible y lo mejor de todo es que funciona igual de bien que con cable
Investigadores del EMPA han realizado un proyecto colaborativo de carga inductiva para coches eléctricos con resultados muy interesantes. De hecho, han conseguido igualar la eficiencia de la carga con cable.

Un equipo de investigación de los Laboratorios Federales Suizos de Ciencia y Tecnología de Materiales (EMPA), han presentado los resultados de su trabajo con respecto a la carga inductiva para coches eléctricos.
La conclusión más relevante es que esta no solamente funciona, sino que sobre todo es igual de eficiente que la carga convencional con cable. Algo que, hasta ahora, no había sido posible conseguir y que ha impedido su adopción en el mercado.
Cómo funciona la carga inductiva inalámbrica
La carga inductiva ya es una realidad en electrónica de consumo, principalmente teléfonos móviles o cepillos eléctricos. Sin embargo, en el ámbito de la automoción no es, de momento, más que un objetivo futuro.
En esencia, esta tecnología se basa en la presencia de una bobina transmisora en una placa base situada en el suelo. Esta transfiere la energía al objeto a través un campo magnético, llegando hasta la bobina receptora situada, en este caso, en el vehículo.
El coche eléctrico modificado debe estacionarse con precisión, para lo cual una pantalla muestra la posición óptima. A continuación, el sistema reconoce la posición sobre la placa base e inicia el proceso de carga. Antes de hacerlo, comprueba si hay objetos o seres vivos entre las bobinas.
Los beneficios de este sistema son claros: aporta una mayor comodidad al no tener que utilizar cables e iniciarse la carga automáticamente. Ahora bien, para que la carga inductiva sea una realidad en el mercado es necesario que alcance niveles de eficiencia comparables a los de la carga convencional.

Primeros coches adaptados para carga inductiva en Suiza
Investigadores del EMPA afirman haberlo conseguido y, de hecho, ya han homologado para su uso en carretera los primeros vehículos dotados de carga inductiva en Suiza. El proyecto ha validado la carga inductiva en condiciones reales, recibiendo el apoyo de la Oficina Federal Suiza de Energía (SFOE) y los cantones de Zúrich y Argovia.
«El objetivo era probar la tecnología existente en el uso diario, aclarar cuestiones técnicas y regulatorias, y demostrar su potencial para la transición energética», explica Mathias Huber, del laboratorio de Portadores de Energía Química y Sistemas Vehiculares de EMPA.
Dichas pruebas en condiciones reales, incluida nieve, lluvia, diferencias de temperatura y ligeras desviaciones al aparcar, mostraron una eficiencia cercana al 90 %, comparable a la carga por cable.
«La tecnología funciona con gran fiabilidad en la práctica y presenta una eficiencia similar a la de los sistemas de carga convencionales», afirma Huber basándose en dichos resultados.
Reserva para energías renovables
Los beneficios potenciales de la carga inductiva también van más allá de la simple comodidad y eficiencia. Al igual que los térmicos, los coches eléctricos permanecen inmóviles muchas horas al día. Esto abre la puerta a una sincronización con la red eléctrica que abre nuevas opciones.
Por ejemplo, sus baterías podrían servir como dispositivos de almacenamiento de electricidad, equilibrando las fluctuaciones y fomentando así las energías renovables, ya que la carga bidireccional también es posible con la carga inductiva.
«La gran ventaja de un sistema inductivo es que los vehículos se conectan a la red con mucha más frecuencia sin necesidad de intervención activa, lo que supone una ventaja tanto para la comodidad como para la transición energética», explica Huber.
Pero también hay ventajas económicas: la carga inteligente puede reducir los costes de electricidad, por ejemplo, cargando en los momentos en que hay una alta proporción de electricidad renovable, especialmente durante el día, cuando en el futuro cada vez más sistemas fotovoltaicos alimentarán energía a la red.


