Más baratas que las LFP, CATL comenzará la producción de la segunda generación de sus baterías de sodio en 2025
El fabricante chino CATL ha confirmado el lanzamiento en 2025 de la segunda generación de baterías de iones de sodio, que serán capaces de funcionar a bajas temperaturas de forma eficiente y segura, y además con un coste cada vez más competitivo frente a las celdas de litio.
Las baterías de sodio se han convertido en una prometedora alternativa al resto de químicas, principalmente por factores como su estabilidad térmica, su resistencia a las bajas temperaturas, y sobre todo, su potencial bajo coste de producción. Factores que ha llevado a varios grupos a investigar, con nombres como CATL, que acaba de anunciar el lanzamiento de la segunda generación de sus celdas de sodio.
Durante el encuentro de jóvenes científicos (WYSS) el presidente de CATL ha dado los primeros datos de esta segunda generación de baterías de sodio, que ha indicado contarán con características como una mejor densidad energética.
Este es uno de los puntos a mejorar por esta química, que se está moviendo en cifras por debajo de las LFP. Pero según los rumores, CATL estaría trabajando en un producto con una densidad cercana a los 200 Wh/h en celda, lo que la pondría a la altura de las LFP más punteras.
El otro factor crucial es el amplio rango de temperaturas a las que pueden trabajar estas celdas sin pérdida de eficiencia. En este caso, CATL ha dicho que su segunda generación de sodio puede llegar a temperaturas de hasta 40 grados bajo cero.
Esto supondría un avance muy importante, ya que aumentará la eficiencia en climas fríos, y además permitirá reducir la complejidad de los sistemas de climatización, lo que tiene impacto en aspectos como el peso de los vehículos, y su coste.
En estos casos las fechas también son claves. Desde CATL se ha indicado que esperan poder comenzar la producción de las primeras unidades de serie en 2025, mientras que la escalada, crucial para lograr bajos costes, se producirá en 2027.
Baterías de sodio
Frente a las baterías de iones de litio, las de sodio ofrecen varias ventajas. Para empezar, se trata de un material mucho más abundante, fácil de extraer y con una distribución geográfica más diversa; por otro lado, China no controla la cadena de suministro. También son más sostenibles, ya que resultan más fáciles de reciclar y su huella de carbono es mucho más baja.
El sodio es más barato que el litio, y su uso permite prescindir de otros materiales costosos como el cobalto, el níquel, el cobre y el grafito. Fuentes como BloombergNEF estima que estas baterías podrían llegar a costar la mitad que las LFP. También tienen una tasa de carga superior, funcionan mejor a temperaturas extremas y son más seguras.
Pero para lograr bajar de precio, la tecnología necesita aumentar su economía de escala, ya que actualmente su coste de producción es más alto precisamente por su baja escala. Algo que se espera se logre alcanzar en dos años, cuando llegará el momento clave para una tecnología que quiere revolucionar no solo el transporte, sino también el almacenamiento estacionario, como un sistema mucho más económico, seguro y escalable que el litio.