El precio de las baterías para coches eléctricos bajará un 50% en 2026
El precio de las baterías está cayendo con fuerza lo que supondrá que en apenas dos años el coste de producción de un coche eléctrico será similar al de un modelo de combustión, y antes de ayudas públicas.
5 min. lectura
Publicado: 08/10/2024 08:33
Los avances que han permitido a los fabricantes de baterías para coches eléctricos aumentar la densidad energética y volumétrica, combinados con un descenso en los precios de componentes como el litio, impulsarán la caída de los precios de las baterías a niveles más bajos de lo esperado anteriormente.
Así lo indica el último informe del banco de inversiones Goldman Sachs, que según sus datos, los precios medios globales de las baterías bajaron de 153 dólares por kWh en 2022 a 149 dólares el kWh en 2023, cifra que esperan baje hasta los 111 dólares el kWh de media para finales de este mismo año.
Pero para Goldman Sachs, esto ha sido solo el principio de una dinámica bajista que supondrá que el precio medio del kWh se colocará en los 80 dólares por kWh para 2026, lo que representa una caída de casi el 50% con respecto a las cifras del 2023.
De confirmarse, esto supondría que el coste de producir un coche eléctrico medio sería igual, o inferior, al de producir un coche con motor de combustión en Estados Unidos, y antes de ayudas públicas.
¿Por qué los precios de las baterías para coches eléctricos están bajando más rápido de lo esperado?
Según el informe, hay dos factores principales que impulsan esta tendencia. Uno es la innovación tecnológica. Se están lanzando al mercado múltiples baterías que tienen una densidad energética aproximadamente un 30% mayor que anteriores generaciones, y lo hacen además con un menor coste.
El segundo factor es la continua caída de los precios de los metales, entre los que se incluyen el litio y el cobalto. Casi el 60% del coste de las baterías tiene que ver con estos metales. Estas cifras de caída de precio también se están viendo artificialmente beneficiadas debido a la alta inflación de los componentes vivida entre 2020 y 2022 por culpa de la pandemia.
Las mejoras técnicas también tienen una importante influencia en la bajada de precios. La innovación está relacionada con la estructura de las baterías, apostando por celdas de mayor tamaño. Normalmente se colocan muchas celdas en módulos más pequeños y luego muchos módulos en un pack de baterías más grande. Ahora están tratando de eliminar los módulos y hacer directamente la conversión de celda a pack (CTP). Eso ayuda a ahorrar espacio en el interior, con el resultado de una reducción de costes y un aumento de la densidad energética del pack.
¿Qué tipos de baterías dominan actualmente el mercado?
Goldman Sachs también ha analizado qué química es la dominante, siendo las de litio las grandes protagonistas. Dentro de estas, las celdas con níquel y cobalto dominan casi el 60% del mercado de los distintos tipos de baterías, mientras que las pujantes LFP ocupan el 35%.
Luego hay una parte muy pequeña procedente de una prometedora química como es la de sodio, que de momento cuenta con una capacidad de producción muy baja, pero un enorme potencial de crecimiento por su bajo coste.
En el futuro, el electrolito sólido puede jugar un importante papel al ofrecer una densidad energética sin comparación. Pero su desarrollo está siendo más largo y complejo de lo esperado, y no habrá una producción mínimamente reseñable hasta finales de la década.
Mientras tanto, las actuales composiciones químicas basadas en litio serán cada vez más resistentes, y eso hará que sea difícil que las baterías con electrolito sólido reemplacen a la tecnología actual. De hecho, Goldman Sachs ha aumentado las expectativas del incremento de la cuota de mercado de las baterías LFP, que esperan llegue al 45% en 2025, y de momento no da ninguna cuota de mercado al electrolito sólido a corto plazo.