Volkswagen y BMW podrían tener aranceles más bajos para traer sus coches eléctricos desde China. ¿Turno ahora para Tesla?

La imposición de aranceles provisionales por parte de la Comisión Europea golpeó de lleno a los fabricantes de coches eléctricos chinos. Pero no solo a ellos, también a algunas marcas occidentales, que además de tener en el gigante asiático a uno de sus principales mercados a nivel mundial, producen y exportan algunos de sus vehículos eléctricos desde allí hasta nuestra región.

Es el caso, por ejemplo, de los grupos Volkswagen y BMW. En el primer caso, con el CUPRA Tavascan como protagonista, cuyo inicio de producción se anunció a principios de este año. En el caso de la firma de Múnich, desde allí trae a Europa los últimos MINI eléctricos, Cooper y Aceman, fruto de la joint-venture con el fabricante local Great Wall.

En los dos casos, los dos gigantes alemanes se enfrentan al arancel provisional más alto de los anunciados por la Comisión Europea: 37,6%, a lo que habría que añadir el 10% ya existente en la actualidad. Sin embargo, esto podría cambiar muy pronto, de acuerdo a dos fuentes que han dicho desde el anonimato que la Comisión estudia rebajar dicha tasa a una mucho más accesible.

De esta forma, se estarían dispuestos a que tanto Volkswagen como BMW, a razón de sus coches eléctricos importados desde China, afrontasen un arancel del 20,8%, pasando a tener el mismo derecho provisional que las llamadas «empresas cooperadoras» en la investigación. Esta última, como ya sabes, ha determinado que las marcas chinas reciben subsidios injustos por parte del gobierno chino para la producción y exportación de sus coches eléctricos.

De seguir adelante con esta medida, sería el primer compromiso llevado a cabo por Bruselas sobre los principales fabricantes de coches occidentales. Tesla, que produce tanto el Model 3 como el Model Y en China (este último también en la Gigafactoría de Berlín, en Alemania), espera también poder tener su propia tarifa arancelaria.

En el caso de las firmas alemanas, la oposición a los aranceles contra los coches eléctricos chinos ha sido importante en los últimos meses. Y no solo porque se puedan ver afectados al traer a Europa alguno de sus coches, sino por el temor a posibles represalias por parte del gobierno chino. Los principales fabricantes alemanes recibieron de China un tercio de sus ingresos el año pasado, de ahí que sigan presionando para derribar, o al menos reducir sus pretensiones, estos aranceles.

Por el momento, no hay nada oficial y el camino de la investigación europea sigue su curso, que tiene hasta noviembre para anunciar las medidas definitivas. Otras marcas como MG, a través de su propietaria SAIC, están también en conversaciones con la Comisión Europea para reducir los aranceles.

Fuente | Reuters