Las marcas chinas y Tesla, las grandes beneficiadas de las normativas de emisiones en Europa

A vueltas con la normativa CAFE en Europa, que exige a los fabricantes de coches que rebajen sus niveles medios de CO2 en los coches que vendan este 2025. La cifra que se impone para este ejercicio es de 93,6 g/km de CO2, lo que significa una rebaja significativa del 19% respecto a la cifra que se manejaba en los últimos años. Esto obligará a los fabricantes, sí o sí, a vender más coches eléctricos este año… o a reducir sus matriculaciones de coches térmicos.

De no cumplir con esta normativa, las marcas se arriesgan al pago de sanciones multimillonarias. Concretamente, de 95 euros por cada gramo que se excedan del límite y multiplicado por cada coche nuevo vendido. Desde ACEA, la asociación de fabricantes en Europa, se estima que las marcas se quedan así expuesta a multas de hasta 15 mil millones de euros solo para este año. Desde A&T, en cambio, valoran que estas estimaciones son «exageradas».

Sea como fuere, desde ACEA y los fabricantes llevan meses exigiendo medidas de urgencia para eliminar o aliviar la normativa en cuestión. Por el momento, la UE no ha dado su brazo a torcer. Ahora, desde el plano político se vuelven a hacer escuchar en forma de llamada de ‘socorro’ para la industria automovilística europea. Tres ministros franceses, a través de un artículo de prensa en Les Echos, alertan de las consecuencias negativas de la normativa CAFE en las marcas.

Y apuntan, además, a los claros beneficiados de esta regulación: «La aplicación estricta de una normativa obsoleta por la situación económica supondría transferir varios miles de millones de euros a los fabricantes chinos, que han ganado su cuota de mercado mediante prácticas comerciales desleales, o a Tesla. Sería, a nuestros ojos, un grave error político que dañaría la credibilidad de nuestra UE y su estrategia industrial», firman Benjamin Haddad, Marc Ferracci, el ministro de Industria y Energía francés, y Agnes Pannier-Runacher, responsable de ecología.

Recordemos que, en 2024, el mercado europeo alcanzó una cuota general de matriculaciones de coches eléctricos del 13,6%. De querer cumplir con la normativa europea para este año 2025, dicha cifra debería de subir al 22-25% en tan solo 12 meses. Y recordemos que en Alemania, pulmón del vehículo en Europa, siguen sin ayudas públicas a la compra de coches eléctricos; en Francia han rebajado las cuantías; y España, a pesar de su débil posición en la Europa del coche eléctrico, acaba de decir adiós al Plan MOVES III de forma inesperada.

Desde Francia se pide que se suspenda de forma inmediata la normativa que expone a las marcas a las multas millonarias antes comentadas: «La baja demanda impone una doble sanción porque la normativa europea prevé multas si no se respeta la trayectoria hacia 2035. Nuestros fabricantes están expuestos a multas de hasta 15 mil millones de euros en 2025, aunque no son en modo alguno responsables de la caída. Hay demanda de vehículos eléctricos», reconocen los ministros franceses.

Un movimiento similar al que llevan denunciando los propios fabricantes, que reconocen que, de tener que afrontar estas multas, o bien el pago de créditos de carbono para poder evitar las sanciones (a Tesla entre otros), se estaría perdiendo una gran oportunidad para seguir electrificando sus gamas de coches: «Debilitaría permanentemente nuestra capacidad de apoyar la transición ecológica de nuestra industria del automóvil».

«Es necesario invertir masivamente en electricidad para cumplir nuestros compromisos climáticos. Para ello, los fabricantes deben tener margen de maniobra, no subvencionar a sus competidores», rematan los políticos franceses, que proponen suavizar los objetivos de emisiones de aquí al 2030 y suspender de inmediato las multas.

Fuente | Le Journal de l’Automobile