La industria europea se hace la víctima y exagera las multas que tendrá que pagar por emisiones
De acuerdo con Transport & Environment, las quejas de los fabricantes europeos a raíz de la entrada en vigor de los nuevos límites de emisiones comunitarios no están justificadas: en la práctica, casi ninguno se enfrentará a sanciones.
Si todo sale según lo previsto, el año que viene entrarán en vigor los nuevos límites de emisiones europeos. A pesar de las presiones de los fabricantes autóctonos y de países como Alemania o Italia, no parece que Bruselas vaya a dar su brazo a torcer; no en vano, los objetivos se dieron a conocer en 2017.
Según afirma ACEA (Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles), la industria podría enfrentarse a multas de hasta 15.000 millones de euros de no cumplir con la nueva normativa, que en la práctica obligará a que la cuota de mercado de los coches eléctricos se sitúe en un 20-25%. Sólo hay dos formas de conseguir esto: aumentando las ventas de eléctricos… o disminuyendo las de térmicos.
Estas cuantiosas multas son uno de los principales argumentos esgrimidos por los grupos contrarios a la nueva regulación en el Parlamento Europeo. Sin embargo, Transport & Environment afirma que las cifras se han exagerado de forma deliberada para incrementar la presión sobre la Unión Europea.
T&E señala que los 15.000 millones de euros se han calculado en base a las ventas de automóviles durante la primera mitad de 2024, un año en el que las marcas no han tenido incentivos reales para vender eléctricos. La situación es similar a la de 2019, cuando los grupos frenaron las ventas de vehículos de bajas emisiones del año anterior para trasladar los volúmenes al año de cumplimiento.
Los objetivos de emisiones europeos son realistas y alcanzables
Dicho de otra forma, el año 2024 no es representativo del estado real del mercado. Y es que la mayoría de modelos diseñados específicamente para cumplir con los nuevos objetivos, y más concretamente ciertos coches eléctricos de corte asequible, todavía no se han puesto a la venta o han comenzado a entregarse en las últimas semanas con cuentagotas.
El análisis realizado por T&E muestra que los objetivos son alcanzables y realistas para el grueso de los fabricantes, siendo poco probable que ninguno vaya a enfrentarse a sanciones. Aquellos que vayan más justos podrán cumplir mediante estrategias como el pooling. Los cálculos de ACEA también establecen que el objetivo de 95 g de CO2/km es fijo, cuando en realidad varía de los 90 g/km de Volvo a los 97 g/km de Stellantis.
En el peor de los casos, se estima que las sanciones se mantendrán por debajo de los 1.000 millones de euros; además, Volkswagen sería la principal afectada (al contrario que sus rivales, el grupo alemán no lanzará sus propuestas eléctricas de acceso hasta 2026). Esta proyección se basa en estimaciones conservadoras de ventas de coches eléctricos de GlobalData, según las cuales Volkswagen vendería un 15% de eléctricos en 2025 haciendo pooling con Tesla. De aumentarlas al 17% se evitarían por completo las sanciones, mientras que con un 22% ni siquiera necesitaría hacer pooling.
Fuente | Transport & Environment