
Los propietarios de coches de hidrógeno ya ni los usan y se rebelan en Estados Unidos: «fraude y negligencia»
La tecnología de hidrógeno pasa por momentos muy bajos y la pila de combustible atraviesa un momento crítico. En California, donde había muchas promesas al respecto, los propietarios de Toyota Mirai se han unido para presentar una demanda colectiva.

Son ya demasiadas las noticias negativas que rodean a los coches de pila de combustible. El hidrógeno se nos vendió hace unos años como la verdadera alternativa a los vehículos de combustión. Sin embargo, esta tecnología está de capa caída y hasta una de las marcas que más ha apostado por ella, Toyota, está reconociendo que su futuro es incierto.
Hay muchas incertidumbres en torno a todo lo rodea a los vehículos de hidrógeno: apenas hay infraestructura de recarga, la inversión es mínima, los costes siguen siendo muy elevados, el precio del hidrógeno se ha disparado… Demasiadas barreras para que el cliente particular termine de apostar por este tipo de vehículos, un círculo vicioso del que quizás tan solo salga “con vida” el transporte pesado por carretera.
En Estados Unidos, y concretamente en el estado de California, han dicho basta. Los propietarios de Toyota Mirai, que son muchos en comparación con otras regiones, se han unido para protestar contra lo que consideran un «fraude, negligencia y violación de leyes de protección al consumir»; vamos, un engaño en toda regla. Una demanda colectiva que se intensifica en este 2025 contra Toyota por creer que se les vendieron los vehículos a sabiendas de que había una infraestructura deficiente. También van contra el operador de estaciones de hidrógeno FirstElement Fuel, Hydrogen Fuel Cell Partnership e incluso contra el gobernador de California, Gavin Newsom.
El problema viene de lejos y está enmarcado en una crisis de la infraestructura de recarga que tuvo lugar en California, con el polémico cierre de las estaciones operadas por Shell, los fallos técnicos en muchas estaciones ya existentes e incluso con una escalada de los precios brutal, que se han llegado incluso a triplicar a la hora de repostar.

Eso ha llevado a que muchos propietarios dejen sus Toyota Mirai aparcados, bajo una lona y dados de baja, aunque siguen pagando por ellos. No les compensa utilizarlos y no pueden venderlos, ya que sus precios en el mercado de usados están por los suelos. Los conductores se sienten engañados sobre la viabilidad de esta tecnología, la cual está entrando en barrena y en un terreno muy peligroso, y es la falta de confianza de los consumidores que, en el caso de la ciudad de Sacramento, tuvieron que hacer colas de hasta 4 horas después del cierre de las estaciones Shell.
«Los vehículos eléctricos, a pesar de sus dificultades iniciales, se han ganado la confianza del consumidor. Ofrecen un amplio acceso a la carga, un rendimiento predecible y menos interrogantes. El hidrógeno aún no ha llegado a ese punto. Un mal repostaje puede arruinar la imagen de toda la plataforma», asegura uno de los propietarios, que confió inicialmente en una tecnología incipiente, que contaba con generosos incentivos y con la reputación detrás de un fabricante como Toyota.
La marca japonesa, así como Hyundai con su Nexo, está ofreciendo alternativas a sus clientes, aunque estos no están tampoco contentos con estas. Ofrecen el alquiler temporal de vehículos por días o créditos de servicio. «Cuando la opinión pública cambia, toda actividad se detiene: se reduce la demanda, se reduce la inversión y se construyen menos estaciones. Es un círculo vicioso», aseguran los expertos.
Fuente | Tesla Rati