
Xpeng ha hecho un robot tan real que ha tenido que cortarlo en directo para demostrar que no es un humano disfrazado
El fabricante chino de automóviles Xpeng sigue el camino iniciado por Tesla y se adentra en el sector de la robótica humanoide. Su primer resultado, denominado Iron, ha generado una polémica que la marca ha querido zanjar de la forma más inesperada.

La fiebre de los robots humanoides está empezando a crecer tras los primeros pasos dados por Tesla. Al fabricante estadounidense se le unen ahora varias marcas chinas, entre las que se encuentra Xpeng. Pero sus comienzos no han estado exentos de una polémica que, sin embargo, la marca ha cortado de raíz (nunca mejor dicho).
Lo cierto es que Iron, que es como se llama el primer robot humanoide de Xpeng, recrea los movimientos de un ser humano de forma excepcionalmente parecida. Eso, lejos de granjearle una unánime alabanza, ha creado numerosas suspicacias con las redes sociales como ya clásico origen de las mismas.

Y es que no han sido pocos quienes han afirmado que durante la presentación del robot humanoide Iron lo que estábamos viendo no era más que un humano real disfrazado y haciéndose pasar por artilugio tecnológico.
Según reconoció el director ejecutivo y cofundador de Xpeng, He Xiaopeng, en un evento en directo al día siguiente, dichas acusaciones afectaron profundamente al equipo de desarrollo de Iron. Y, con el objetivo de acabar con la polémica, Xiaopeng tomó la decisión de demostrar que el robot humanoide era real. Pero, ¿cómo hacerlo para que no surgiera duda alguna?
Xpeng le corta una pierna a Iron, su robot humanoide
En el mismo escenario, el dirigente chino admite que en un primer momento no quiso hacer caso de las suspicacias, pero tras reflexionar durante la noche decidió defender el honor de su equipo y la compañía. Así pues, decidió probar la veracidad del robot, pero siendo consciente de que la forma de hacerlo no podía admitir duda alguna.
Así pues, finalmente He Xiaopeng optó por invitar a Iron de nuevo al escenario, permitiendo que caminara por el mismo para deleite de los asistentes. A continuación, llamó a una reducida representación del equipo de desarrolladores del robot para que estos cortaran la pierna izquierda de Iron: primero la tela de la malla que la cubría y, posteriormente, la piel sintética que cubre el esqueleto metálico y los componentes internos.
Después de hacerlo, dejando al descubierto la pantorrilla del robot, Iron volvió a caminar por el escenario, dejando claro a todo el mundo que no había humano alguno en el interior del traje.
Iron, una maravilla tecnológica
El robot humanoide de Xpeng utiliza un modelo de inteligencia artificial (IA) desarrollado por la propia Xpeng y denominado Vision-Language-Action 2.0, que hizo su debut en el evento de presentación de Iron.
Al respecto de este, el CEO de la compañía ha señalado que producir robots humanoides acabará teniendo un coste equiparable al de fabricar automóviles, al tiempo que apunta que Iron estará presente en las tiendas, oficinas y fábricas de Xpeng a finales de 2026. «El potencial del mercado para los robots es mayor que el de los automóviles», añadió He Xiaopeng en unas declaraciones recogidas por Carscoops.com.
En este sentido, analistas como JP Morgan apuntan que el próximo gran salto de empresas tecnológicas como Xpeng dependerá de la consolidación del imperio de la IA a través de varios productos, como es el caso de los robotaxis, los coches voladores o los robots humanoides.
El mencionado banco estadounidense, además, vaticina que los primeros pueden llegar a generar un valor de entre 6000 y 19.000 millones de dólares en 2035, mientras que los humanoides podrían llegar hasta los 24.000 millones en dicha fecha.
Otros fabricantes chinos, como Chery, BYD, GAC, NIO y Seres, también han empezado a invertir en proyectos similares, y las estimaciones ya hablan de más de dos millones de robots presentes en las fábricas chinas, una cifra que no hará más que crecer en el futuro.


