
Este coche eléctrico es "prácticamente inútil" debido a sus numerosos problemas
El nuevo Dodge Charger Daytona no ha empezado con buen pie su andadura comercial en Norteamérica. La demanda no está siendo precisamente elevada, y algunas unidades presentan fallos realmente preocupantes.

El Dodge Charger es una auténtica institución en Estados Unidos; sin embargo, su última generación ha llegado cargada de polémica por dos motivos: la desaparición del mítico motor V8 Hemi y la llegada de una versión eléctrica denominada Daytona, la cual ha sido definida por el propio fabricante como el primer muscle car eléctrico del mercado.
A pesar de su atractivo diseño retro, que evoca al Charger original de los años 60, el nuevo Daytona no ha logrado conquistar al público: durante el primer trimestre apenas se han vendido 2.115 unidades en Estados Unidos y Canadá, lo que ha llevado al grupo Stellantis a cancelar el lanzamiento de la versión R/T. Por si esto fuera poco, algunos de los pocos ejemplares despachados parecen estar plagados de problemas.
Nicholas Sharrett, un cliente que recibió su unidad el pasado mes de mayo, describe al vehículo como "prácticamente inservible" debido a sus numerosos fallos. Para empezar, no hay forma de abrir el maletero: el botón situado en el portón no funciona, por lo que la única forma de acceder a él es abatiendo los asientos traseros, ya que no existen métodos de apertura alternativos en el habitáculo o en la llave del coche.
El propietario también señala que la puerta del conductor está desalineada con la carrocería, hasta el punto de que roza en tres puntos diferentes, desgastando la pintura. Aunque el concesionario corrigió este defecto, la marca no repintó el metal expuesto. La puerta del pasajero por su parte sólo funciona la mitad de las veces y en muchas ocasiones debe abrirse desde el interior.

El nuevo Dodge Charger Daytona ha recibido críticas tanto de la prensa especializada como de los usuarios
El Charger de Sharrett es un coupé (recordemos que el modelo también está disponible con carrocería berlina), por lo que para acceder a la segunda fila deben adelantarse los asientos delanteros. Sin embargo, el del conductor no se queda en su sitio: al llegar al final de su recorrido empieza a deslizarse hacia atrás, un fallo que en una ocasión atrapó a su hija de siete años cuando intentaba salir.
A estos problemas tendríamos que sumar otras críticas más generales realizadas por la prensa especializada desde su lanzamiento, a saber: un precio elevado, un comportamiento dinámico poco convincente y una eficiencia a todas luces mejorable. En definitiva, el nuevo Dodge Charger parece tener mucho margen de mejora para convertirse en un producto a la altura de su legendario nombre.
Fuente | Carscoops