El nuevo CEO de Stellantis trata de arreglar a toda prisa el desastre dejado por Tavares
Tras años priorizando el margen de beneficio sobre el volumen de ventas, el grupo Stellantis ha comenzado a implementar una estrategia radicalmente opuesta para volver a ganar cuota de mercado en Estados Unidos y Europa.
Antonio Filosa, CEO de Stellantis, está implementando una estrategia corporativa radicalmente opuesta a la de su predecesor, Carlos Tavares, priorizando el crecimiento de las ventas frente a las ganancias. Por este motivo, el grupo está revitalizando sus inversiones en modelos asequibles con el objetivo de recuperar cuota de mercado tanto en Europa como en Norteamérica.
Según recoge Reuters, fuentes internas de la compañía señalan que la situación actual es de auténtica emergencia, ya que la reducción de costes y el aumento de precios impulsados por Tavares han llevado a la empresa a un estado muy delicado, con el stock acumulándose en los concesionarios. A corto plazo, la meta más inmediata es revitalizar las ventas por encima de los pronósticos de los analistas.
En el tercer trimestre, las matriculaciones de Stellantis aumentaron un 6% en Norteamérica, lo que nos indica que este cambio de rumbo está empezando a hacerse notar. Un portavoz del conglomerado ha confirmado que "Stellantis está acelerando acciones... para corregir decisiones estratégicas y operativas pasadas". Este plan cuenta con el respaldo de accionistas como Exor, la familia Peugeot o el Estado francés.
Entre otras cosas, Filosa está potenciando las ventas a flotas en Estados Unidos, que si bien dejan un menor margen de beneficio, permiten reducir el inventario. En paralelo, se está invirtiendo en Jeep y RAM, las dos marcas más saludables de su cartera americana, a la que también pertenecen la moribunda Chrysler, que sobrevive gracias al anticuado monovolumen Pacifica, así como Dodge, especializada en modelos de alto rendimiento.
Algunas marcas de Stellantis podrían desaparecer en los próximos años
Aparentemente, el directivo también se encuentra analizando la viabilidad de sus 14 marcas, lo que seguramente implique la discontinuación de algunas de ellas. Todas las papeletas apuntan a DS y Lancia, aunque algunas fuentes señalan que Stellantis también estaría planteándose la venta parcial o total de Maserati, cuyos resultados han ido de mal en peor en los últimos años.
Para reducir costes, se han abandonado las inversiones en conducción autónoma y vehículos de hidrógeno; además, los ambiciosos objetivos de ventas de coches eléctricos establecidos por Tavares, que aspiraba a comercializar exclusivamente modelos de este tipo en el mercado europeo para 2030, se han cancelado debido a que la demanda no está aumentando el ritmo esperado.
Xavier Chardon, CEO de Citroën, no es ajeno a los problemas que atraviesa su matriz. Sin embargo, durante la presentación del prototipo ELO Concept, el ejecutivo señaló que "no conozco a ningún cliente que compre Stellantis; compran Citroën, Peugeot, Opel. Quiero tener equipos que piensen en Citroën de la mañana a la noche, y que ya no se vea, como ha sucedido en algunos países, a 'vendedores de Stellantis'".
