
La frenada fantasma de Tesla desata una ola de demandasLas frenadas fantasma del Autopilot de Tesla se convierten en un problema para la marca
La polémica "frenado fantasma" del Autopilot de Tesla ha cruzado fronteras, generando demandas colectivas en EE.UU. y Australia. Miles de conductores aseguran que sus coches frenan sin razón aparente. El caso pone en duda la seguridad de los sistemas de conducción autónoma.

Conducir por autopista con nuestro coche eléctrico debería ser una experiencia relajada, especialmente cuando cuentas con un sistema de ayuda a la conducción como el Autopilot de Tesla. Sin embargo, para miles de conductores, ese viaje tranquilo se ha convertido en muchos casos en una constante preocupación: el coche frena de golpe sin motivo aparente, incluso a velocidades de 120 km/h. Este fenómeno, conocido como "frenada fantasma", que lleva presente desde el lanzamiento de este sistema, está provocando diez años después de su llegada un aluvión de demandas contra la marca en varios países.
La Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en Carreteras de EE.UU. (NHTSA) ya había registrado en 2022 más de 750 quejas de propietarios de Tesla por frenadas repentinas sin justificación. Los vehículos, según los testimonios, reaccionan como si detectaran un obstáculo invisible, provocando situaciones peligrosas y, en muchos casos, dando un importante susto a sus ocupantes.
Ahora, una jueza federal en EE.UU. ha dado luz verde a una demanda colectiva que acusa a Tesla de haber ocultado intencionadamente estos fallos a sus clientes. La denuncia apunta a que la compañía era consciente del problema desde 2015, pero prefirió callar para evitar una crisis de reputación o la intervención de los reguladores.
Pero la polémica no se limita a Norteamérica. En Australia, más de 10.000 usuarios se han unido a una demanda similar, en la que aseguran haber sufrido frenadas súbitas pese a tener las manos en el volante y circular en condiciones normales. Algunos de ellos relatan haber estado a punto de ser embestidos por otros vehículos debido a estas inesperadas maniobras.

El sistema de frenado automático de emergencia (AEB) y el Autopilot de Tesla se basan en cámaras y radares para prevenir colisiones, pero cuando estas tecnologías actúan sin motivo, la confianza en la conducción autónoma se desploma. Para muchos, la promesa de seguridad se ha transformado en preocupación.
A medida que las demandas avanzan y las investigaciones continúan, se abre un debate más amplio sobre el desarrollo de estas tecnologías y la responsabilidad de los fabricantes. Tesla no es la única en esta carrera: otras marcas como Mercedes, GM o Ford también están en plena evolución de sus sistemas de asistencia al conductor, y su credibilidad está en juego.
Opinión

Como usuario de un Tesla Model 3, y muy fan del Autopilot, estoy de acuerdo que el sistema tiene un problema. Es una enorme ayuda en los viajes, quitando estrés a la conducción en zonas monótonas. Pero también es un conjunto que no ha ganado efectividad con el paso del tiempo, sino que las sucesivas actualizaciones, al menos en mi caso, han empeorado la experiencia. Las frenadas fantasma han ido de más a menos, y luego de nuevo a más. Incluso con el paso al sistema "Vision" que solo usa cámaras, el coche se "asusta" en situaciones donde antes no lo hacía, por ejemplo, en la entrada en los túneles que no están bien iluminados, cuando hay niebla, lluvia intensa...
Añadiría la cuestión de los límites de velocidad, que el sistema puede adaptar leyendo las señales de tráfico, y también los modifica con la información GPS. Pero muchas veces esta información no es correcta, y en zonas de 90 km/h, te dice que como mucho puedes ir a 50 km/h, por ejemplo. Y no te deja adaptar esta velocidad a la legal, por lo que tienes que desconectar el Autopilot. Problemas que parece que no tendrán solución, y que empañan una experiencia que tendría que ser mucho mejor, lo que animaría a más clientes a renovar su coche con otro Tesla.