Se trata de una extraña combinación, un superdeportivo dotado de un sistema de pila de combustible de hidrógeno, una mezcla pocas veces vista y que nos da como resultado uno de los coches más rápido y respetuosos con el medio de todo el mundo. A pesar de sus 600 CV de potencia, el LFA solamente emite agua por su tubo de escape. El principal problema de este modelo debe ser el precio, ya que a pesar de que Lexus no lo ha publicado, no hay más que echar un vistazo al catálogo de la versión con motor gasolina, un modelo que ronda los 300.000 euros, un precio que la versión dotada de pila de combustible convertiría en económica.
En este corto vídeo, 45 segundos, podemos ver que además de un diseño espectacular, el LFA es rápido, unas cualidades a las que le sumamos su impulso eléctrico para un resultado al más alto nivel, aunque de momento por desgracia, no es más que otro prototipo destinado a pasear sus bellezas de salón del automóvil en salón del automóvil.
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