Belle-Île-en-Mer, un paraíso para los coches eléctricos

Belle-Île-en-Mer es una pequeña isla de apenas 17 kilómetros de largo situada en la costa atlántica de Francia, donde los coches eléctricos han encontrado un ambiente totalmente propicio para su implantación de forma masiva.

Recorridos muy limitados, conciencia de cuidar el entorno y sobre todo, el litro de gasolina a 1,88 euros, ha provocado que en pocos meses se hayan disparado las matriculaciones pasando de prácticamente cero a un total de 40 coches eléctricos, una cifra realmente llamativa para una población de unos 1.000 habitantes.

Además de en manos de particulares, las empresas locales han encontrado en los eléctricos, como el Renault Twizy, un modelo perfecto para alquilar a los turistas, que estamos seguros que tanto por curiosidad como por comodidad, harán que este verano ver un Twizy sea lo más normal en sus carreteras.

Esto pone sobre la mesa que a pesar de sus limitaciones, los vehículos eléctricos ya han encontrado sus nichos de mercado donde explotar todos sus beneficios, tanto la economía de rodaje, como la ausencia de ruidos, emisiones y mantenimiento, a lo que se debe sumar el elevado precio de transportar los carburantes hasta estos lugares que por otro lado disponen de grandes recursos en cuanto a energías renovables y que los coches eléctricos sirven de incentivo a su mayor explotación.

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