Smart eléctrico ¿merece la pena su compra?

Esta semana hemos visto por fin el comienzo de la producción de uno de los modelos más esperados del sector de los coches eléctricos que llegará este mismo verano al mercado alemán, la versión eléctrica del Smart, que después de tres generaciones de prototipos, parece que Daimler se ha decidido a lanzarlo al mercado.

Entre los aspectos más interesante del Smart ED está la posibilidad de adquirirlo de dos maneras, comprando el coche y su batería, o alquilando esta última para acceder a un precio inicial mas económico. La pregunta que nos hacemos es si merece la pena el Smart eléctrico a nivel económico, y cual de las dos formas de adquisición es más interesante en estos momentos.

Para compararlo tomaremos como referencia el Smart y los precios en España, donde una versión Passion con motor diésel sale por 13.759 euros que según Sprintmonitor tiene un consumo medio real de unos 4,2 litros cada 100 kilómetros.

La versión eléctrica por su parte, sale en España con batería en alquiler por unos 13.190 euros, a lo que sumaremos un alquiler de 65 euros mensuales por la batería. Si le otorgamos un consumo medio de unos 12 kWh cada 100 kilómetros, supondrá que la versión eléctrica después de cuatro años años y unos 12.000 kilómetros anuales nos habrá costado los siguiente:

Precio de compra: 13.190 euros
Alquiler de la batería: 3.120 euros
Electricidad después de 48.000 kilómetros: 1.036 euros
Total: 17.346 euros

Por su parte el diésel:

Precio de compra: 13.759 euros
Consumo después de 48.000 kilómetros: 2.822 euros  (1,40 euros el litro)
Mantenimiento: 600 euros
Total: 17.181 euros


Por lo tanto vemos que la versión diésel es más interesante a nivel económico ya que los 65 euros al mes con con consumo de 4,2 litros nos da para recorrer unos 34 kilómetros al día, a lo que tenemos que sumar el coste de la electricidad.

La comparativa con la versión gasolina es incluso peor ya que el Smart Passion es algo más económico, 12.329 euros, a lo que sumamos un consumo medio de 6 litros cada 100 kilómetros y un mantenimiento ligeramente más económico que el diésel de unos 500 euros después de cuatro años, lo que nos da como resultado:

Precio de compra: 12.329 euros
Consumo después de 48.000 kilómetros: 4.032 euros
Mantenimiento: 500 euros
Total: 16.861 euros

Por su parte la versión eléctrica con la batería en propiedad vemos que después de cuatro años es la que nos habrá supuesto un mayor desembolso, y una versión que para lograr la rentabilidad habría que irse a un plazo más largo, aunque con el hándicap de la vida útil de la batería, que al contrario de la versión con batería en alquiler, tendremos que afrontar de nuestro bolsillo su mantenimiento o sustitución.

Precio de compra: 18.500 euros
Consumo después de 48.000 kilómetros: 1.036 euros
Total: 19.536 euros


Por lo tanto, vemos que a corto y medio plazo la versión económicamente más interesante es la gasolina, una ecuación que echa por tierra los números de la versión eléctrica por culpa de un alquiler demasiado elevado por la batería por lo que una de dos, o Daimler baja el precio del alquiler de forma significativa, o el Smart eléctrico será una alternativa solamente pensada para los más comprometidos y a los que no les importe gastar un poco más por la sensación de llevar un coche eléctrico.


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