Gracias al nuevo programa de incentivos, que amplia las ayudas hasta los 7.000 euros, sumado a la llegada de modelos como el Renault ZOE, hará que 2013 sea un punto de inflexión para los coches eléctricos en Francia, que pasará de las apenas 5.000 unidades que se esperan entregar este año, a las 27.000 que se estiman matricular el próximo año.
Esto unido a un ambicioso plan de expansión de puntos de recarga, con gran protagonismo para el grupo Nissan-Renault que disparará la cifra de puntos de recarga rápida a más de 1.000 en todo el país, teñirá un nuevo panorama donde los usuarios lo tendrán más fácil que nunca para hacerse con un coche impulsado por electricidad, y este comenzará a escalar posiciones en las listas de ventas.
Sin duda el nuevo programa de ayudas a la compra de coches eléctricos tendrá mucho que ver en este ascenso, y es que gracias a este la diferencia de precios entre estos y los modelos equivalentes con motor de combustión, se reducirán de forma importante de los actuales 7.000 euros de media, algo que animará a muchos franceses a adoptar un eléctrico como segundo coche de casa.
Pero esta tecnología no es una simple forma de evitar emisiones, y para los fabricantes franceses podría convertirse en una tabla de salvación después de su relativo fracaso en el sector de los híbridos, a donde han llegado tarde y donde Toyota ha copado todos los segmentos, algo que no quieren que suceda también con el futuro de la automoción, y para lo que grupos como Renault han apostado muy fuerte, y donde está en juego miles de puestos de trabajo cualificado en sus fábricas.
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Fuente | Le monde
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