Fisker busca en China su salvación

El fabricante norteamericano Fisker lleva seis meses sin fabricar un coche, una situación preocupante que se suma a la lista de problemas que amenazan uno de los proyectos de movilidad eléctrica más interesante y a la vez peor gestionados de los últimos años.

Y es que un fabricante de coches que no fabrica coche no tiene mucho futuro, y a los problemas de diseño del Karma, se han unido los problemas del suministrador de las baterías, A123, que ha entrado en bancarrota y será adquirido por una empresa China, un país de donde también podría llegar un inversor que permita a Henrik Fisker continuar con su proyecto, y lanzar antes de 2015 su segundo modelo, el Atlantic.

Atlantic, la gran esperanza de Fisker

Según indican las informaciones que llegan desde el gigante asiático, la dirección del partido comunista ha animado y financiado a sus empresas para mejorar su competitividad y eficiencia energética, y para ello se han lanzado al desarrollo de nuevos vehículos y la adquisición de tecnología en occidente, y uno de los objetivos es Fisker, que de esa manera podría encontrar una fuente de ingresos que le permita retomar la producción del Karma, paralizada desde agosto, y además la reactivación del proyecto Atlantic.

Interesados no le faltan a Fisker, y uno de los principales candidatos a hacerse con parte de la compañía norteamericana es con el grupo Wanxiang, que recientemente ha adquirido al fabricante de baterías A123 que es el suministrador de Fisker, y que podría facilitar el acuerdo, aunque no es el único interesado y la empresa encargada de la distribución del Karma en China, Grand Automotive Services, también ha movido fichas para hacerse con parte de accionariado.

Sea cual sea el inversor, está claro que el futuro de Fisker está en China, una venta que seguro tendrá una fuerte repercusión política en los Estados Unidos, donde los fondos públicos utilizados para la financiación del proyecto ya han sido motivo de ataque al gobierno de Obama, unas inversiones que ahora podrían ir a manos de los chinos, algo que no gusta para nada a muchos sectores y que de nuevo volverá a convertirse en un dolor de cabeza para el gobierno.

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Fuente | Autonews