Prueba del Nissan LEAF 2013 en las calles de Londres
7 min. lectura
Publicado: 08/07/2013 08:19
De la teoría a la práctica, 10 unidades relucientes a la disposición de los asistentes para realizar un recorrido de aproximadamente 45 minutos por los alrededores de Londres de la nueva versión del Nissan Leaf. Solo con el sistema de navegación, el nuevo equipo de sonido o disfrutando del ruido y los humos de los demás vehículos con las ventanillas bajadas.
Tomar posición en rotondas invertidas, aguantar el denso tráfico, conducir por el carril contrario o aparcar entre coches centenarios como cualquier londinense pero con cara de perdido.
Zero Emission tenía preparado un mensaje muy sutil junto a los Nissan LEAF que esperaban para ser probados por los invitados al evento. Piensa mal y acertarás, lo modelos eran por casualidad un Toyota Prius, un Fiat 500 y un Smart ForTwo, embutidos en un contenedor de escombros que luce la frase “skip the congestion charge”; evita la tarifa de congestión, un peaje de unos 11 euros por entrar al centro de Londres a los vehículos no enchufables.
Una breve introducción es necesaria si no lo has conducido anteriormente, básicamente 3 cosas. El funcionamiento de la encendido, la palanca de cambios y como quitar el freno de “mano”. Y por si acaso era interesante saber cómo indicar al GPS que nos lleve directamente de vuelta. Si has usado un automático anteriormente con saber los modos de la palanca es suficiente.
¿Es tan sencillo? Si y no. Conducir el LEAF tiene la misma dificultad que tirar de un arado, pero usar todas las opciones del panel de mandos bien requiere sentarse un buen rato con el manual. Realmente algunos usuarios no usaran nunca la mayoría de la información, como la potencia, el estado de las baterías o su temperatura, ni la eficiencia en la conducción. No olvidemos que se trata de un coche familiar, una herramienta. Así pues se podría haber aprovechado ese espacio en el marcador para integrar información del navegador, ya que por su posición la pantalla del GPS requiere desviar demasiado la vista de la carretera.
Coincido con lo que se dijo en la prueba en Oslo; la posición en el vehículo es bastante elevada, los asientos son cómodos, con espacio en la parte posterior donde la pega es la elevación del suelo en el centro del vehículo y el material utilizado es agradable. Añadiría que al ser las ventanillas traseras pequeñas y al estar oscurecidas la parte trasera resulta bastante oscura. Para gustos.
Es una pena que este coche de conducción tan agradable y silenciosa no tenga como opción el techo panorámico, seguramente sea para mejorar el aislamiento del interior. Para mi gusto los mandos del volante desentonan con los demás botones, recargan la vista y resultan un poco arcaicos. Estarían mucho mejor en la parte posterior del volante como tienen otras marcas.
Una vez en carretera la mayor preocupación es mantenerse en la izquierda y sobre todo que el probador del vehículo que me precede salga del carril contrario. Podemos decir que el volumen del claxon del Nissan LEAF es adecuado. Manejar la palanca de cambios con la mano izquierda es sencillo, además no es realmente necesario porque se puede llevar siempre con el mismo modo, D o B.
Para no repetir la experiencia de Carlos en Oslo me voy a centrar en la experiencia del aparcamiento. La versión Tekna está equipada con 4 cámaras, bajo los retrovisores y bajo las insignias de Nissan, que ofrecen una visión de 360 del vehículo. Las cámaras se pueden activar en cualquier momento con un botón en el inferior de la pantalla o automáticamente al meter la marcha atrás.
Acostumbrado a aparcar de oído, es decir, con un sensor de aparcamiento, la ausencia de una señal acústica genera cierta inseguridad, pero al exagerar los objetos en la pantalla cuando están muy próximos, se reduce mucho el margen de error. Unas líneas indican en diferentes colores la distancia a los objetos y un recuadro naranja que se curva al mover el volante indica el recorrido del vehículo.
Resulta poco intuitivo que la marcha atrás se seleccione desplazando la palanca hacia delante, la dirección es muy suave y como en cualquier automático hay que recordar que soltar el freno hace que el coche se desplace inmediatamente. Aun así el Austin A30 de los años 50 no sufrió ningún daño gracias al sistema Around View Monitor. La cámara lateral se volvió también útil en calles estrechas para controlar el lado izquierdo del vehículo.
El modo de conducción Eco, que limita la potencia del motor a 50 kW, está pensado para aumentar la economía y el vehículo de pruebas la predicción subía de 88 a 91 millas, lo mismo que al quitar el aire acondicionado o la calefacción, lo que supone un 3% aunque dependerá también de cómo haya sido conducido el coche anteriormente. En cualquier caso resulta muy perezoso en comparación con la sorprendente aceleración cuando no está seleccionado.
En general la experiencia es muy positiva, sobre todo por la comodidad, la maniobrabilidad y la agilidad del vehículo, tanto en aceleración como y en los giros. Como pegas me centraría en el diseño salpicadero, en la cantidad de mandos visibles y la excesiva información disponible en todo momento, aunque esto es el estilo de la casa, no del modelo.