Una de las principales preocupaciones de los que se acercan por primera vez a un coche eléctrico, es el posible efecto de tener una enorme batería situada bajo sus pies.
La radiación electromagnética de esta y del motor eléctrico, ha sido uno de los argumentos de los menos informados contra el coche eléctrico. Pero un estudio realizado por EM Safety, liderado por SINTEF, la mayor organización de investigación independiente en Escandinavia, ha determinado que los niveles de exposición de los pasajeros de coches eléctricos es muy baja.
Según las conclusiones de este estudio, los niveles electromagnéticos a los que están sometidos los pasajeros de los coches eléctricos, están incluso por debajo de los mínimos recomendados. El nivel de exposición obtenida en 7 coches eléctricos diferentes es un 20% según el sistema de medición ICNIRP. Por comparar esta cifra, un coche gasolina ha obtenido bajo el mismo sistema de medición un 10%. Por su parte la medición a la altura de la cabeza, una de las zonas más sensibles, apenas han obtenido un 2%.
Estas radiaciones se han situado principalmente en los bajos del vehículo, donde está situada habitualmente la batería, y el pico de se ha notado en el momento de encender el coche.
Otro de los objetivos de este estudio, era lograr crear un sistema de medición de los campos electromagnéticos estandarizado. Una fórmula que permitirá a los diferentes organismos poder realizar sus mediciones con mayor precisión, y poder ofrecer una información lo más precisa a los consumidores.
Fuente | Sintef
