Los coches eléctricos tienen una características que salvo contadas excepciones, es una de sus principales limitaciones. La autonomía. En nuestro país a esto le añadimos una red de recarga muy débil, que da como resultado que algunos propietarios calculen mal y no lleguen a su destino.
Pero esto no es el final del mundo. Prácticamente todos los fabricantes tienen un servicio en carretera específico para este tipo de vehículos. Los hay ilimitados en veces que llamemos y kilómetros, como BMW, y los hay que limitan su uso a una determinada cantidad de veces al año, y con un número de kilómetros máximo a donde llevar el coche.
Pero hay algunos usuarios que prefieren tirar de la asistencia en carretera de su aseguradora, como la que ofrece AXA Assistance.
En un informe presentado esta pasada semana, desde AXA se ha comentado que de las 645 asistencias técnicas realizadas coches eléctricos en 2014, un 93,64% correspondieron al remolcado del vehículo eléctrico por un fallo en la batería. De estos casos, un total de 45 se resolvieron al instante, al tratarse simplemente de una falta de carga en las baterías
“Es necesario que los conductores conozcan muy bien las características del vehículo que están manejando. En el caso de los coches eléctricos, el aire acondicionado, la radio o las luces consumen muchísima energía, por lo que hay que calcular la autonomía del vehículo y el trayecto a realizar”, asegura el manager de Auto, Francisco Javier Fernández.
Otros de los percances más comunes que sufren los vehículos eléctricos en la carretera están relacionados con el arranque, los fallos mecánicos o de motor y pinchazos de rueda.
Otro de los problemas es que muchos conductores no son conscientes de las limitaciones de los coches eléctricos actuales. Esto ha dado casos por ejemplo, que muchos conductores no sepan donde están los puntos de recarga más cercanos. Una información básica que casi todos los coches eléctricos traen en sus propios navegadores.
Un ejemplo de que el coche eléctrico necesita una mayor labor divulgativa por parte de los fabricantes, que no deben limitarse sólo a vender el coche, ya que un cliente descontento, es un cliente que no volverá a confiar en la marca.
Fuente | AXA
