Durante la presentación del Tesla Model X, además de elementos como su diseño, sus características técnicas y sus puertas, hemos podido conocer un nuevo nivel de defensa contra la contaminación, pero en lugar de proteger el exterior del coche, protege el habitáculo de lo que sucede fuera.
Un filtro de partículas que según Tesla, llega a ofrecer un nivel de protección incluso resistente a un ataque biológico. Algo que permite a los usuarios poder moverse por zonas contaminadas, como lo son la mayor parte de las grandes metrópolis del mundo, pero sin el riesgo para su salud. Un filtro que aumenta por 10 el tamaño de un dispositivo medio, y que según el fabricante «multiplica por 100 el rendimiento respecto a los filtros tradicionales, eliminando el 99.97% de las partículas«. Un accesorio que formaba parte de un pack premium.
Pero ahora Tesla ha abierto la posibilidad de separar esta opción. De esa forma en lugar de los 3.500 dólares que costaba el pack, y que podría contar con elementos que no nos interesaría contar, los interesados pasarán a pagar 750 dólares. Pero lo mejor de todo es que no sólo los coches que salgan de fábrica podrán instalarlo. Aquellos que ya estén en las carreteras podrán acceder a este accesorio.
La efectividad del sistema ha sido puesto a prueba en situaciones extremas. En el gráfico podemos ver como el Model X ha sido encerrado en un pequeño habitáculo aislado, al que se han elevado las cifras de contaminación hasta los 1,000 µg/m3, cuando la cifra de aire de buena calidad está en los 12 µg/m3. Posteriormente se han cerrado las puertas, y puesto a funcionar el filtro.
Como podemos ver, al poco rato el nivel de contaminación en el habitáculo ha caído hasta casi cero, mientras que de fondo la comparativa con un filtro convencional muestra una bajada mucho más lenta y menos significativa.
De esta forma Tesla responde a una petición de los clientes, que viven con preocupación el incremento imparable de las emisiones contaminantes, sobre todo en las grandes ciudades. Un accesorio muy importante en lugares como China, donde el nivel de las emisiones ha alcanzado cifras máximas en ciudades como Pekín, donde la esperanza de vida se reduce en 22 meses por culpa de la contaminación atmosférica.
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Vía | Electrek
