Este próximo mes de julio debería arrancar la producción del Tesla Model 3. Un proyecto que se ha convertido en clave de cara al futuro del fabricante norteamericano que busca en el incremento de volumen que le permita acceder a una economía de escala mucho mayor.
Pero según fuentes consultadas por el diario Bloomberg, la presión que están sufriendo los trabajadores del fabricante comandado por Elon Musk, parece estar pasando factura a muchos de ellos.
Citando a antiguos trabajadores que han querido permanecer en el anonimato, en los últimos 12 meses han sido al menos dos docenas los empleados que han renunciado por cuestiones como las largas jornadas de trabajo, así como un ambiente tenso como principales razones para su salida.
Estas mismas fuentes han indicado que la presión por cumplir con los plazos de lanzamiento del Model 3 está afectado a todos los niveles, desde los trabajadores de base, hasta los altos directivos. Una cúpula que en los últimos años ha vivido las llamativas marchas de Jason Wheeler, ex Google, Mark Lipscomb, y el vicepresidente de gestión de la cadena de suministros, Peter Carlsson. Entre otros muchos.
Pero la realidad es que estos cambios de cromos son algo totalmente normal en un lugar como Silicon Valley donde las empresas están continuamente robando talento a otras empresas. Algo a lo que no es ajena una Tesla aunque según Elon Musk, sufren en menor medida que el resto de compañías este problema.
Los datos indican que tres cuartas partes de los altos directivos del fabricante tienen más de tres años a su espalda dentro de la empresa, y un 60% llevan al menos seis años. De hecho, el 20% de los trabajadores ha estado en nómina una década, algo meritorio en una empresa fundada en 2003 ha aparecido en público por primera vez en el mes de julio de 2006.
La conclusión es que la presión por lanzar el Model 3 está siendo muy elevada, lo que supone un aspecto de optimismo de cara a su llegada a tiempo. Algo que podría estar afectando a algunos trabajadores que por otro lado según las estadísticas de la propia Tesla, son los mejor pagados de los grandes fabricantes norteamericanos.
Una presión que debería dar como resultado además del cumplimiento de las fechas, lograr alcanzar una producción que dejará muy atrás la alcanzada por los Model S y X. Como recordamos se espera alcanzarán las 5.000 unidades a la semana antes de terminar este 2017, llegar a una producción total de las líneas de montaje de los tres modelos de unas 500.000 unidades en 2018, y cruzar el millón de unidades en 2020.
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Vía | Bloomberg
