Hasta ahora, todos aquellos fabricantes de automóviles extranjeros que quisieran fabricar en China, tenían que aliarse con un fabricante local, lo que implicaba un trasvase tecnológico que a significado el rápido avance de la antes atrasada industria china. Sin embargo, el gobierno chino afirmó esta semana que eliminará esta restricción para empresas extranjeras de vehículos eléctricos este año.
La medida probablemente no tenga un gran efecto en las empresas conjuntas ya establecidas en China, según James Chao, director general para Asia-Pacífico de la firma de investigación IHS Markit. «Las empresas chinas que ya operan con socios extranjeros han desarrollado una estructura de gestión con sus socios que funcionan de forma muy satisfactoria, y continuarán con ella. El efecto más significativo de las restricciones más flexibles sería la entrada de competidores extranjeros como Tesla».
La marca de coches eléctricos de origen californiano comenzó el año pasado las negociaciones para levantar una fábrica en China, pero no se llegó a un acuerdo porque el gobierno no quería que Tesla fuera dueña de la instalación. Recordemos que una fábrica en China permitiría a Tesla evitar los aranceles que tienen los vehículos de importación.
«Los fabricantes de vehículos eléctricos como BYD y tal vez los nuevos fabricantes chinos también se verán afectados por la llegada de marcas como Tesla u otras que se decidan a producir sus vehículos en China«, declara Chao.
Chao opina que esta medida también se utilizará para atraer a Estados Unidos en plena crisis internacional por los aranceles aprobados por el presidente Trump. «Por un lado, esto es un poco como una zanahoria (cebo). Por otro lado, a nivel nacional, los reguladores chinos, el gobierno chino, quieren que sus fabricantes de automóviles locales sean más competitivos, y esta es una forma de hacerlo«.
¿Levantará Tesla finalmente la Gigafábrica 3 en suelo chino?
