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Ni Subaru ni Mazda están preocupadas por su tardía apuesta por el coche eléctrico. ¿Por qué?

A día de hoy, todos los grandes grupos automovilísticos apuestan por el coche eléctrico. Hay algunos que llevan años haciéndolo (principalmente, la Alianza Renault-Nissan-Mitsubishi y Tesla), mientras que otros se han unido más tarde (es el caso del grupo Volkswagen, PSA Peugeot-Citroën, Daimler, Ford…). Podríamos decir que a día de hoy existe cierto consenso en la industria respecto a que el coche eléctrico es el futuro de la automoción.

Hasta el momento, los dos grupos más reticentes a abrazar el coche eléctrico a baterías han sido dos: FCA (FIAT-Chrysler) y Toyota. FCA (compuesta por las marcas FIAT, Chrysler, Dodge, Jeep, Lancia, Alfa Romeo, Maserati, etc) se ha mostrado reticente por la inversión masiva necesaria, así como por las pérdidas que ocasionan los coches eléctricos a día de hoy a los fabricantes de automóviles. Sin embargo, finalmente ha tenido que pasar por el aro para no quedarse descolgada.

El caso de Toyota (que incluye Lexus, Daihatsu y parte de Subaru, además de ser aliada estratégica de Mazda) es diferente. Hasta hace poco, el gigante japonés y otora mayor fabricante de coches del mundo (el año pasado fue superado por la Alianza y por Volkswagen) apostaba todo por los coches híbridos y por la pila de combustible de hidrógeno. Sin embargo, finalmente han decidido virar el rumbo hacia el coche eléctrico a baterías, mediante una ambiciosa apuesta global que se materializará a partir de 2020.

Sin embargo, parece que esta reticencia se mantiene de cierta forma en dos de las marcas más estrechamente ligadas a Toyota: Subaru y Mazda. La primera empresa es relativamente independiente de Toyota, si bien el gigante japonés posee ciertas acciones sobre ella. Mazda por su parte es una de las compañías aliadas con Toyota para desarrollar una plataforma eléctrica común.

Subaru es una marca muy minoritaria en Europa, sin embargo, en Estados Unidos goza de bastante popularidad. Allí, tiene una imagen de compañía «verde», pues sus coches, famosos por sus sistemas de tracción integral, son muy utilizados por personas amantes de los deportes de montaña y la acampada.

De acuerdo con algunos representantes de la marca japonesa, prefieren que otras marcas lleven a cabo las primeras fases de implantación del coche eléctrico, para introducirse más tarde ellos cuando el ambiente sea menos hostil. El primer coche electrificado de la marca será una versión híbrida enchufable (PHEV) de su modelo Crosstrek (Subaru XV en Europa, es la versión crossover del compacto Impreza), que utilizará la tecnología del Toyota Prius Prime. Su primer coche 100% eléctrico debería llegar en 2021.

El caso de Mazda es similar. A día de hoy, el volumen de ventas de coches eléctricos fuera de China (mercado poco importante para Mazda) es bajo, por lo que la empresa, que no puede competir en igualdad de condiciones contra los grandes grupos automovilísticos, prefiere tomarse las cosas con calma e introducirse cuando los riesgos sean menores. Su primer coche eléctrico será lanzado en 2019/2020, y podría contar con un extensor de autonomía basado en un motor rotativo.

Fuente | The Detroit News

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