Michael Hajesch es el máximo responsable de IONITY. Una red de recarga rápida para coches eléctricos que está en plena fase de despliegue de sus estaciones por Europa. Un directivo que ha concedido una interesante entrevista a la prensa alemana donde desgrana algunas de las cuestiones más importantes de esta iniciativa.
Una de las principales preguntas es sobre el objetivo de tener 400 estaciones operativas para 2020. Algo que obligará a instalar más de 100 cada año. Algo que choca con las apenas 14 en funcionamiento y las 31 en proceso de construcción.
Según el Sr Hajesch, uno de los principales retos es el proceso burocrático. Y es que IONITY trabajará en 23 países con 23 legislaciones diferentes. Aspectos como el diseño de los puntos debe cumplir con todas las normas de cada estado. Una vez superado este trámite supone cumplir con el 80% del tiempo de espera hasta la activación de la red.
Para finales de este mismo año aguardan tener 80 estaciones en funcionamiento. Un proceso que están estandarizando gracias a un formato «prefabricado» que supone la utilización de la misma estructura en todas y cada una de las estaciones con pequeños cambios en las medidas. Un proceso que permitirá acelerar la instalación de las nuevas estaciones.
También ha descartado el uso de otra tecnología o formato que no sea el CCS Combo. Según el directivo, esto no es un debate que esté sobre la mesa. Aspectos como la instalación de puntos en alterna de 22 o 43 kW parecen estar totalmente descartados.
Lo que no cierra la puerta IONITY es la instalación de puntos en zonas urbanas. A pesar de que en un primer momento centrarán el despliegue en autovías y nudos de comunicación, no descartan el lanzar iniciativas en dentro de las ciudades si la demanda lo requiere. Incluso añade que una vez desplegadas las 400 estaciones previstas, podrían comenzar una nueva fase de instalación con nuevas instalaciones.
Esto podría tener su importancia ya que permitiría a los propietarios que no tengan una plaza de garaje, poder moverse con sus coches sin problemas gracias a los puntos públicos. Y es que con potencias de 150 o 350 kW, no será necesario que el coche esté toda la noche conectado y con una recarga de unos pocos minutos habrá recuperado la autonomía para la siguiente jornada.
Otro de los aspectos más relevantes desde el inicio de las actividades, es el precio de la recarga. Después de unas semanas ofreciendo cargas gratuitas, IONITY comenzó a aplicar un precio a las mismas. Lo más llamativo es que se ha puesto en marcha un sistema de tarifa fija de 8 euros, independientemente de la cantidad de energía que se inyectara. Un formato polémico que perjudica a los coches con baterías de menores capacidades.
En este aspecto desde IONITY se ha indicado que no hay novedades, y que de momento será el sistema a utilizar. Aunque abren la puerta a un sistema de facturación diferente más adelante donde es de esperar que el coste sea por kWh.
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