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Hace 10 años Daimler salvó a Tesla con la compra de parte de sus acciones

Aunque hoy en día son rivales cada vez más directos, hace no mucho tiempo la por entonces pequeña startup Tesla y el gigante alemán Daimler (Mercedes, Smart, Maybach…) sellaban una alianza que salvó a los americanos de la quiebra.

Era la primera semana de noviembre de 2008 cuando Elon Musk y su equipo buscaban a la desesperada liquidez para continuar con su expansión. Entonces ante la falta de medios, el propio Musk viajó a Stuttgart para firmar en la sede de Daimler un acuerdo por el que Daimler compraba el 9% de Tesla, lo que permitió al fabricante norteamericano cumplir con los requisitos para la oferta pública de acciones, y con ella lograr la actual solidez económica.

La cuestión no es que sólo se inyectase un dinero que en si no era una cantidad demasiado elevada, la operación se cerró en 50 millones de dólares. Lo más importante es que Daimler ayudó a Tesla a cumplir los requisitos del Departamento de Energía norteamericano para acceder a la línea de créditos, que supuso la entrada de 465 millones de dólares que sirvieron para la puesta en marcha de su fábrica de Fremont y el posterior lanzamiento del Model S.

Una operación que hoy en día palidece con el valor en bolsa de la propia Tesla. Y es que su títulos pasaron de valer apenas 19 dólares en su estreno en Wall Street, a los 346 dólares en los que ha cerrado el pasado viernes. Algo que lleva la capitalización bursátil hasta los 59.000 millones de dólares. Más que los 56.000 millones de la propia Daimler.

Curiosamente la propia Daimler vendió sus acciones al poco tiempo de su compra, justo antes del inicio de la escalada del precio de las acciones. Algo que no le ha permitido lograr una plusvalía mucho mayor.

En el camino se cerró también una colaboración para el desarrollo de sistemas eléctricos para los primeros modelos impulsados por electricidad de la propia Mercedes, como el Clase B ED, y el Smart. Un Smart que curiosamente Tesla sólo dispuso de tres meses para el diseño de su sistema eléctrico y el ensamblado de su primer prototipo. Otra anécdota de aquella operación era que en aquella época Smart no vendía en Estados Unidos, así que el equipo de Tesla viajó hasta México con 20.000 dólares en efectivo para hacerse con una unidad, y llevarla de vuelta a Estados Unidos.

Una alianza que posteriormente a la vista del desaforado crecimiento de la propia Tesla, los alemanes decidieron dar por terminada.

La gran pregunta es qué habría pasado si Daimler continuase en su momento con las inversiones, y aumentase su inversión en Tesla. La respuesta es que ahora sería propietaria de una de las marcas con mayor proyección en sectores como el coche eléctrico, pero también la conducción autónoma, el almacenamiento estacionario, las redes de recarga, y las energías renovables.

Por otro lado su inversión de 50 millones de dólares tendría un valor a día de hoy de 5.900 millones de dólares. Algo más de la mitad de los beneficios de todo el grupo en 2017.

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