El nuevo Renault ZOE podría ser un profundo restyling del actual. ¿Se equivocaría Renault con esta estrategia?
Mucho se ha escrito en los últimos meses de la segunda generación del Renault ZOE. El que es uno de los coches eléctricos más exitosos del mercado europeo con diferencia fue presentado en el año 2012 y puesto a la venta en 2013, dominando con mano de hierro entre 2015 y 2017 un nicho del mercado por el momento todavía bastante minoritario.
Se sabe a ciencia cierta que el Renault ZOE de segunda generación comenzará a producirse en el segundo trimestre del año 2019, mientras que su presentación está prevista para otoño de ese mismo año, durante el Salón del Automóvil de Frankfurt. Se ha confirmado que el nuevo ZOE se continuará fabricando en la planta de Flins, la cual verá disminuida la producción de los modelos Renault Clio y Nissan Micra para poder adaptarse al aumento en la del ZOE (en septiembre de este año, Renault pasará de fabricar 220 unidades diarias del ZOE a 440, el doble).
Inicialmente, se pensaba que el Renault ZOE II sería un modelo completamente nuevo: basado en la plataforma modular eléctrica de la Alianza Renault-Nissan-Mitsubishi, la CMF-EV, el nuevo ZOE debería ser un compacto del segmento C en lugar de un utilitario del segmento B como hasta ahora (Arnaud Deboeuf, vicepresidente senior de gestión estratégica de la Alianza, lo confirmó en su momento).
Sin embargo, ahora han saltado a la red rumores de que el nuevo ZOE será un profundo restyling de la generación actual. Un movimiento que ya llevó a cabo Nissan con el LEAF, cuya segunda generación es una actualización profunda de la anterior. Al igual que el LEAF, esta segunda generación del ZOE tendría una vida comercial relativamente corta, pues sería un simple modelo de transición hasta la tercera generación que, ahora sí, crecería de tamaño y utilizaría la plataforma CMF-EV.
Varios detalles parecen apuntar en esta dirección. Por un lado, se sabe que será la fábrica de Douai (situada al norte de Francia, actualmente encargada de la producción de los modelos Scénic, Talisman y Espace) la encargada de producir los vehículos basados en la plataforma CMF-EV, mientras que la planta de Flins está adaptada a la antigua plataforma B utilizada por los ZOE I, Clio IV y Micra V.
Tampoco hay que olvidar la reciente introducción del motor R110, cuya producción en la planta de Cléon se triplicará próximamente. De acuerdo con los rumores, el nuevo ZOE podría mantener su actual motor y batería (41 kWh de capacidad con celdas LG Chem), añadiendo un sistema de carga rápida en corriente continua y formato CCS Combo (debería tener entre 50 kW y 100 kW de potencia), manteniendo además la actual carga en corriente alterna de hasta 22 kW.
Las versiones Q90 (motor Continental, 88 cv, carga en alterna hasta 43 kW) y R90 (motor Cléon, 92 cv, carga en alterna a 22 kW) deberían desparecer en la nueva generación, quedando limitada la oferta al nuevo R110 (motor Cléon, 107 cv, carga en alterna a 22 kW). Los cambios se centrarían en la estética, completamente renovada, los acabados interiores, la tecnología (debería incluir un sistema de conducción autónoma de nivel 2), etc. Además, podría aparecer una segunda batería más capaz de 60 kWh, si bien este es un rumor por el momento sin fundamento.
El hecho de que el ZOE II estuviera basado en el anterior modelo permitiría a Renault un ahorro de costes de desarrollo importante, facilitaría la producción, y haría el precio más atractivo. Además, el coche se amortizaría mucho antes, lo que permitiría a la marca ganar dinero con las ventas de sus coches eléctricos, algo que por el momento casi ninguna empresa ha conseguido.
Una producción elevada, un precio de partida más bajo que sus rivales (el ZOE actual, antes de ayudas gubernamentales y descuentos de concesionario, parte de los 27.850 euros) y la obtención de beneficios permitirían al nuevo modelo convertirse en uno de los coches eléctricos más interesantes del mercado, pues contrincantes como el Hyundai Kona Eléctrico tienen una producción muy limitada y/o precios muy elevados.
Por otro lado, la plataforma CMF-EV podría comenzar a utilizarse en coches más grandes que el ZOE (una berlina, un SUV…), por lo que estaría más amortizada para el lanzamiento del ZOE III (¿2023?), lo que permitiría un precio de partida más asequible que si se lanzara directamente con dicha plataforma en 2019.
Sin embargo, todavía no está confirmado que el nuevo ZOE vaya a ser un profundo restyling del modelo actual, pues algunos representantes de Renault afirman que será un modelo completamente nuevo y no una simple modificación del actual. ¿Qué decidirá hacer finalmente Renault? El año que viene lo descubriremos.