Por tierra, mar y aire. China quiere conquistar el sector de los vehículos eléctricos voladores eVTOL

Después de desarrollar una potente industria de producción de coches eléctricos, autobuses, camiones e incluso maquinaria industrial pesada o marítima, ahora China ha puesto el ojo en su próximo objetivo. La aviación. Es por eso que grandes nombres como CATL trabajan en baterías con la densidad energética suficiente para alimentar aviones eléctricos, y otros como el Grupo GAC, se ha lanzado al desarrollo de vehículos eléctricos de despegue vertical con su nueva empresa.

Hace pocas horas, GAC ha presentado públicamente su empresa Govy, que se encargará del desarrollo de vehículos eVTOL (avión eléctrico de despegue y aterrizaje vertical).

Su objetivo es desarrollar una gama de vehículos autónomos destinados a los trabajos de transporte de taxi aéreo de corta distancia y baja altitud, y su andadura se ha estrenado con la presentación de sus primeros prototipos.

Estos comenzarán en 2025 sus vuelos de certificación de aeronavegabilidad, el diseño de líneas de producción, y también abrirá el proceso para realizar las primeras reservas de las empresas interesadas en este concepto.

Dos años después, en 2027, GAC comenzará un proyecto de demostración de una pequeña flota de vehículos que trabajarán en el Área de la Bahía de Guangdong-Hong Kong-Macao, donde se desplegará el modelo multirrotor Govy AirCar, capaz de completar recorridos de hasta 20 kilómetros.

Posteriormente se pondrá en marcha una segunda fase donde se usará el modelo Govy AirJet. Una propuesta dotada de un cuerpo de 2,3 metros de altura, con capacidad para hasta cuatro pasajeros, y que será capaz de alcanzar una velocidad máxima de 250 km/h.

Este montará un sistema de propulsión de 8 ejes, un propulsor de conducto eléctrico directo eDrive de 100 kW y un sistema de control heterogéneo de triple redundancia. La autonomía oficial es de 200 km y será capaz de recuperar su carga en apenas 30 minutos.

GAC ya está pesando incluso el usar las nuevas baterías con electrolito sólido, que indican le permitirán duplicar la autonomía y llegar a los 400 km con cada carga.

Este destacará por su diseño, pero también por contar con una estructura fabricada en más de un 90% con materiales compuestos de fibra de carbono. También contará con un sistema de ayuda al vuelo, que permitirá al ordenador tomar decisiones para corregir la trayectoria y evitar obstáculos gracias a un conjunto de detección por radar y cámaras.

Un proyecto que supone todo un impulso a una tecnología que lleva unos años con nosotros, pero que estaba esperando la inversión y visión de las empresas con capacidad de convertir los prototipos en modelos funcionales, algo que parece que tendrá que ser de nuevo China la que lo haga, y que la colocará a la cabeza de la una industria con un potencial casi ilimitado.