Hans-Dieter Poetsch, presidente de Volkswagen, ha realizado unas interesantes declaraciones en las que pone sobre la mesa el enorme desafío al que se enfrentan los fabricantes tradicionales a la hora de afrontar su transformación en productores de coches eléctricos. Y es que a pesar de la constante bajada de precios de la tecnología, esta todavía estará por encima de los diésel y gasolina durante unos años.
Según el Sr Poetsch, el principal problema es que la gente piensa que los coches eléctricos accesibles de Volkswagen se situarán a la misma altura que los convencionales. Algo que indica, no sucederá principalmente por el elevado coste de producción que tienen los eléctricos frente a unas tecnologías largamente amortizadas.
Como ha indicado en una entrevista a la prensa alemana «El actual nivel de precios no podrá ser el mismo si los coches están equipados con motores eléctricos. Esto tendrá como consecuencia inevitable un incremento de precio significativo entre los coches del segmento de acceso, lo que hará mucho más complicada su compra por las rentas bajas«.
Sin duda son comentarios cuando menos curiosos para el representante de una marca que está comenzando a apostar fuerte por la tecnología, con inversiones multimillonarias que tienen como objetivo poner en la calle 50 millones de coches eléctricos para 2025. Algo que supondrá trabajar no sólo los segmentos más costosos, sino sobre todo los más populares.
Pero la realidad es que los precios parece que si serán algo más altos. Como ejemplo el nuevo Volkswagen ID, que llegará el próximo año con un coste por determinar que desde la marca se ha indicado será similar al de un Golf diésel bien equipado. Una combinación de palabras algo etérea que puede significar entre 25.000 y 30.000 euros. Un coste que puede llegar a ser competitivo dentro del segmento de los eléctricos, pero muy lejos del presupuesto del consumidor con bajos ingresos.
También es cierto que con el arranque del programa de coches eléctricos, Volkswagen comenzará a engrasar una maquinaria que permitirá en pocos años lograr una elevada economía de escala que permita lanzar propuestas de bajo coste. Como ejemplo marcas como Dacia, que recientemente han indicado que lanzarán su primera propuesta entre 2020 y 2021. Un lanzamiento que inevitablemente tendrá que venir asociado a un precio popular.
La conclusión es que muy posiblemente aquellos que quieran comprarse un coche eléctrico asequible, todavía tendrán que esperar un par de años hasta que el ritmo de producción de las plantas de baterías logre una velocidad de crucero lo suficientemente importante como para permitir rebajar el coste del kWh por debajo de los 80 o 90 dólares el kWh. Momento en el que será más fácil lanzar al mercado eléctricos de bajo coste.
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Vía | Welt
