La Alianza Renault-Nissan-Mitsubishi se convirtió en 2017 en el mayor fabricante de automóviles del mundo tras la adquisición de Mitsubishi, adelantando a otros grandes grupos como Volkswagen, Toyota o General Motors. Sin embargo, a finales de 2018 las cosas empezaron a torcerse para la Alianza, pues su principal impulsor, Carlos Ghosn, fue detenido en Japón acusado de evadir impuestos durante cinco años tras una investigación llevada a cabo por la propia Nissan en colaboración con las autoridades del país.
Ghosn fue el creador de la Alianza hace ya 20 años, pues fue el artífice de que Renault comprara Nissan cuando estaba al borde de la quiebra, reflotándola y llevándola a una nueva etapa de esplendor. Renault actualmente posee el 43,4% de Nissan con derecho a voto, la cual a su vez tiene un 15% de Renault sin derecho a voto. El gobierno francés por su parte es el mayor accionista de Renault con otro 15%, mientras que Nissan posee el 34% de Mitsubishi.
El movimiento de Nissan contra Ghosn ha sido percibido como un intento de la compañía japonesa para intentar equilibrar el peso de la Alianza a su favor: a pesar de que Nissan-Mitsubishi vende más vehículos que Renault a nivel global, lo cierto es que la voz cantante en el grupo la llevan los franceses gracias a que poseen muchas más acciones del fabricante nipón. De hecho, recientemente Renault propuso a Nissan una fusión total de ambas empresas, algo que fue rechazado por los japoneses.
A pesar de todo, tanto Renault como Nissan afirman que la Alianza seguirá adelante, pues a lo largo de los años ha reportado numerosos beneficios para ambas compañías gracias a los desarrollos compartidos y las sinergias llevadas a cabo. Sin embargo, la situación de Nissan-Mitsubishi en el seno de la Alianza podría verse afectada por la posible fusión entre Renault y FCA (FIAT-Chrysler), recientemente anunciada.
En caso de que finalmente se lleve a cabo esta unión, la nueva empresa resultante sería propietaria del 43,4% de las acciones y los derechos a voto de Nissan, mientras que el fabricante japonés apenas tendría un 7,5% de las acciones de Renault-FCA. A pesar de todo, Nissan podrá elegir a uno de los 11 miembros que formarán la junta directiva de la nueva compañía (los otros diez serían de Renault y FCA repartidos equitativamente).
Las ventas combinadas de Renault-FCA y sus beneficios superarían además a nivel global los de Nissan-Mitsubishi, que vería muy mermada su influencia en la Alianza. A esto habría que sumar que con su nueva envergadura, Renault-FCA podría forzar una fusión total con Nissan, pues poseyendo el 43,4% del fabricante japonés, apenas se necesitaría un 6,7% más para controlarlo por completo.