La preocupación por quedarse sin batería es aún una de las barreras más importantes a superar por la industria de las baterías y de los coches eléctricos para la mayoría de los usuarios que se plantean comprar un coche nuevo para sustituir a su vehículo de combustión interna.
Pese a esto, la mejora continua de la tecnología de las baterías y los nuevos procesos de producción permitirán que en el año 2028 exista un parque de 100 millones de coches eléctricos en el mundo.
Para reducir esta preocupación, un incremento de la autonomía de los vehículos eléctricos se ha imprescindible. Las baterías tendrán que ser más seguras, baratas y rápidas de cargar, además de disponer de una alta densidad energética para conseguir una mayor autonomía por carga, y ocupar el mismo espacio físico en los vehículos.
Las baterías de iones de litio, como sabemos, son el estándar actual en los coches eléctricos. Sin embargo, cuentan con una vida útil relativamente baja debido a los ciclos de carga y si se sobrecalientan. No obstante, esto no ha impedido que se siga investigando con este tipo de celdas, una de la investigaciones actuales trata sobre la mejora de le resistencia al fuego, cargas más rápidas y mayor vida útil.
Aunque las baterías de iones de litio seguirán con su progreso y mejora, lo cierto es que cada vez más fabricantes ven en las baterías de estado sólido el futuro de los vehículos eléctricos. En la actualidad, existen varias marcas y fabricantes que están invirtiendo en su desarrollo, como Volkswagen, BMW y Daimler. Estas inversiones demuestran la importancia de este nuevo tipo de tecnología para baterías tendrá en el futuro de la movilidad eléctrica.
James Hodgson, Analista de la firma ABI Research ha comentado: «La única forma de aumentar la densidad energética de forma importante es añadir silicio a la batería de iones de litio. La forma actual de añadir el silicio es la de hacerlo poco a poco con porcentajes inferiores al 10%. Esto permitirá incrementar la densidad energética a 300 Wh/kg en los próximos 3 a 5 años.»
Entre los años 2023 y 2025, se espera que el incremento del uso de silicio en las baterías permitirá los ánodos dominantes de silicio. ABI Research cree que este es el siguiente paso natural del desarrollo de las baterías de litio-silicio. Este tipo de baterías permitirá aumentar la densidad energética hasta los 400 Wh/kg para el año 2025. La mayoría de los vehículos que utilicen esta tecnología dispondrán de potencias de carga de más de 300 kW.
Se espera que el desarrollo continúe hasta el año 2026, que será cuando las batería de estado sólido empiecen a utilizarse en vehículos a la venta. Este tipo permitirá densidades de al menos 500 Wh/kg y permitirá potencias de carga de más de 500 kW.
Fuente | ABI Research
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