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Las enormes inversiones en baterías de respaldo de la red eléctrica, hará que el gas natural deje de ser rentable en 2021

La transición energética está ocurriendo más rápido de lo que muchos expertos predijeron hace pocos años, y según un informe publicado por el Instituto Rocky Mountain, gracias a las inversiones masivas en sistemas de almacenamiento estacionario en baterías, los costes de esta alternativa son cada vez más bajos. Algo que supone una amenaza a las fuentes no renovables como el gas natural.

Las inversiones previas y planificadas suman un total de 150.000 millones de dólares hasta 2023. Solo en la primera mitad de 2019, las empresas de capital de riesgo contribuyeron con 1.400 millones en sistemas de almacenamiento en batería.

Según el informe: «Estas inversiones impulsarán tanto las tecnologías de baterías de litio, como también a las nuevas tecnologías que llegarán en los próximos años. Un crecimiento que está siendo mucho más rápido de lo que los estudios mostraban hasta el momento. Esto, a su vez, reducirá los costes de la descarbonización en sectores clave y acelerará la transición energética global más allá de las expectativas de los modelos energéticos globales».

La tendencia tendrá como consecuencia unos bucles de retroalimentación que supondrá beneficios tanto para la I+D en baterías, las políticas públicas, así como para los clientes que verán como los costes de producción continúan bajando con una estimación de bajada que según Bloomberg pasará de los 187 dólares el kWh actuales, a los 87 dólares el kWh para 2025.

Según el informe, esta tendencia ya están contribuyendo a la cancelación de algunos proyectos para levantar plantas de generación por gas natural. Unas instalaciones que podrán ser sustituidas por energía procedente de fuentes renovables, que verán compensada su intermitencia con grandes parques de baterías. Algo que supondrá igualar la capacidad de ofrecer energía a demanda, pero de una forma más limpia y económica.

El informe indica que esta combinación de baterías más renovables hará que el gas natural deje de ser competitivo a nivel económico ya en 2021. Un periodo de tiempo extremadamente corto que afectará a las posibles inversiones en este sector que se verán gravemente perjudicadas por su fuerte pérdida de competitividad en un periodo de tiempo tan corto.

Dentro de las tecnologías que dominarán el almacenamiento, desde el informe se indica que al menos hasta 2023 las baterías de litio actuales serán las más populares en la industria. A partir de ahí comenzarán a llegar nuevas baterías como las de zinc-aire, de flujo o de alta temperatura, que permitirán ofrecer una alternativa de mayor densidad energética, mayor vida útil, y con unos costes incluso menores. Algo que favorecerá los proyectos de instalaciones de gran escala.

Un mercado que los expertos indican está comenzando a explotar, y que lo hace de la mano del incremento de producción motivado por el aumento de la demanda de coches eléctricos en todo el mundo. Algo que está provocando un descenso de los precios y un incremento de los proyectos de almacenamiento estacionario que como vemos permitirá a corto plazo poder comenzar a decir adiós a las costosas plantas de respaldo por gas que se verán sustituidas por unas baterías que incluso podrán aumentar su sostenibilidad precisamente aprovechando las baterías que ya no pueden ser usadas en el trasporte, pero puede seguir ofreciendo sus prestaciones como respaldo de la red.

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Fuente | RMI

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