Poco a poco estamos viendo como los diferentes mercados europeos están acelerando su apuesta por la expansión del coche eléctrico en sus carreteras. Una estrategia que muchos han descubierto tarde como una fórmula para reducir sus emisiones y su dependencia energética. El último en sumarse al grupo ha sido Grecia, que hoy ha presentado un ambicioso proyecto de incentivos.
El encargado de hacerlo público ha sido el Primer Ministro, Kyriakos Mitsotakis, que ha indicado que espera que con esta acción Grecia deje de estar a la cola de Europa en implantación. Y es que apenas el 0.3% de los coches que circulan, con un total de solo 1.000 unidades registradas.
El objetivo es lograr que para 2030 el 30% de los coches eléctricos que se vendan en el país sean 100% eléctricos. Algo para lo que han puesto en marcha este proyecto que supondrá movilizar en esta primera fase 100 millones de euros en los próximos 18 meses.
Con esta inversión desde Atenas esperan disparar el número de eléctricos en sus carreteras hasta llegar a los 14.000 nuevos modelos en el próximo año y medio.
De momento no se han publicado los detalles del nivel de las ayudas, pero se estima que estas cubrirán el 25% del coste de los vehículos. Algo que para un modelo medio de 30.000 euros supondría en torno a los 7.500 euros de ayuda directa.
Una iniciativa que se ha visto facilitada en su aprobación a la vista de la reducción de un 40% de las emisiones contaminantes en el centro de Atenas durante el confinamiento provocado por el coronavirus. Algo que ha permitido a muchos darse cuenta del problema que supone el tráfico con vehículos diésel y gasolina.
Pero también se enmarca en los objetivos del acuerdo de París, que se han acompañado por el anuncio del cierre de todas las centrales de carbón del país, sólo quedará una activa, y que permitirá al país mediterráneo poder acercarse a los objetivos marcados por el acuerdo climático.
Un movimiento que sigue la estela de otros estados, como Francia, Alemania, Países Bajos…y donde echamos en falta la iniciativa de España que se está quedando atrás en cuanto a implantación de la movilidad sostenible.
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