Porsche comienza a transformar la fábrica de Leipzig para acoger la producción del Macan eléctrico

Actualmente Porsche cuenta con un único modelo eléctrico en su gama, la berlina Taycan. Sin embargo, está confirmado que a lo largo de la década todos los modelos de la compañía (salvo el 911) se irán electrificando de forma paulatina, siendo el primero en sufrir esta transformación el D-SUV Macan, el vehículo más vendido de la firma alemana.

El Macan de segunda generación será un modelo exclusivamente eléctrico asentado sobre la nueva plataforma modular PPE, desarrollada conjuntamente por Audi y Porsche para coches eléctricos de alta gama. Sin embargo, durante un tiempo el actual Macan de primera generación con motores de combustión convivirá con el eléctrico.

Recientemente Porsche ha anunciado un nuevo hito en el proceso de electrificación de su gama: ha completado la construcción de los nuevos edificios que albergarán la producción del Macan eléctrico en la planta alemana de Leipzig, un indicador de que la llegada al mercado del esperado SUV eléctrico está más cerca que nunca.

Gerd Rupp, presidente de la junta ejecutiva de Porsche Leipzig GmbH, declara: «En las últimas semanas hemos alcanzado algunos hitos importantes en nuestro camino para convertirnos en una planta de coches eléctricos. El periodo de tiempo entre ahora y el comienzo de la producción de la próxima generación del Macan ciertamente será un desafío. Sin embargo, también es una oportunidad para preparar el futuro de la planta y demostrarnos a nosotros mismos como equipo».

Entre otras cosas, Leipzig contará a partir de ahora con un nuevo taller de carrocería; además, la línea de montaje también se está modificando de forma significativa para acoger al nuevo todocamino. Las líneas de producción ya existentes se están ampliando, y se han programado trabajos de adaptación durante el cierre de la planta en verano.

Una vez se complete la transformación, se producirán tres tipos de vehículos en una única línea: térmicos, híbridos y eléctricos puros. Esta configuración le dará a Leipzig una enorme flexibilidad; con todo, Porsche apunta a que en el futuro las instalaciones se centren exclusivamente en la producción de coches eléctricos.

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