Durante años, los principales fabricantes de automóviles han justificado su tibieza a la hora de apostar por el coche eléctrico por su bajo rendimiento económico: no han sido pocas las marcas que han explicado que pierden dinero con sus vehículos a baterías, llegando incluso a afirmar que este modelo de negocio nunca llegará a ser tan rentable como el basado en la venta de automóviles térmicos.
Sin embargo, cada vez son más los directivos de la industria que contradicen estas teorías. Mientras que Luca de Meo recientemente ha confirmado que la próxima generación de coches eléctricos de Renault tendrá un margen de beneficio similar al de sus modelos de combustión, Markus Duesmann ha anunciado que la electrificación permitirá disparar las ganancias de Audi.
El director ejecutivo de la firma de los cuatro aros presentó recientemente los ambiciosos planes de futuro de la compañía, que lanzará en 2026 su último modelo térmico (gasolina, diésel o híbrido) en Europa: cuando su ciclo de vida comercial termine en 2033, la gama de Audi en el viejo continente pasará a estar compuesta exclusivamente por coches eléctricos.
Duesmann quiere que Audi vuelva a ser el principal generador de beneficios del Grupo Volkswagen, motivo por el cual ha definido unos objetivos de rentabilidad muy ambiciosos. Así, el directivo espera pasar del actual margen de beneficio del 5,5% a un 11% de cara al año 2025. Además, también quiere incrementar sus ventas de los casi dos millones de unidades anuales logrados el año pasado a tres millones para finales de la década.
«En dos o tres años, nuestros coches eléctricos serán tan rentables como los dotados de motores de combustión». Esto será posible entre otras cosas gracias a la bajada de precio de las baterías, el elemento más caro de este tipo de vehículos (debido a su simplicidad mecánica, el resto del coche es mucho más barato de fabricar que un modelo térmico).
Las plataformas modulares también jugarán un papel fundamental en esta estrategia. Aunque durante un tiempo Audi utilizará principalmente las plataformas MEB y PPE, a partir de 2025 comenzará a emplear la nueva arquitectura común del Grupo Volkswagen: la plataforma SSP, con la que se alcanzarán unos niveles de estandarización y reducción de costes de auténtico récord.
Fuente | Spiegel
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