A pesar de la constante baja de componentes como las baterías, la realidad es que hoy en día un coche eléctrico es bastante más caro de adquirir que su equivalente con motor de combustión. Al menos en los lugares con un sistema impositivo convencional como el de casi toda Europa. Pero Volkswagen propone el constante abaratamiento de los vehículos usando un sistema de leasing o renting de coches eléctricos usados.
El sistema no puede ser más sencillo, aunque igualmente poco explotado comercialmente por los grandes grupos. La idea sería que los modelos actuales una vez terminen sus contratos de leasing, regresen a las manos de la marca que los revisará y los volverá a poner en el mercado.
En lugar de venderlo, Volkswagen apostará por seguir usando el sistema del leasing o renting, para de esa forma el nuevo cliente no tenga que hacer un gran esfuerzo a la hora de llevarse el coche a casa. Un esfuerzo que dividirá en las cuotas correspondientes en el segundo contrato.
Pero incluso llegado el final del segundo contrato, Volkswagen espera que las baterías mantengan todavía una buena capacidad, lo que permitirá afrontar un tercer ciclo comercial. Una tercera parte donde el coche estará más usado, tendrá más kilómetros, pero también tendrá una cuota mucho más asequible.
Para el fabricante alemán, después de 9 años el coche mantendrá todavía entre el 70 y el 80% de su capacidad original. Momento en el que se pasará a una fase donde la propia batería se reutilizará en otros aspectos, como en soluciones de almacenamiento estacionario, y el coche se reciclará.
Este formato tiene todo el sentido del mundo para el fabricante, que logrará rentabilizar a fondo su inversión tanto durante la vida útil del vehículo, como en el final de la misma donde sus elementos más valiosos podrán regresar al mercado.
Pero para los clientes también puede ser una interesante solución, siempre y cuando claro la cuota mensual en el segundo y tercer ciclo de arrendamiento sea asequible.
Opinión
La cuestión es que incluso después de este tiempo, y si nos atenemos a los datos de capacidad de la batería que proporciona la marca, el coche parece que mantendrá sus capacidades para seguir funcionando como vehículo, y no debería necesitar afrontar el proceso de reciclaje todavía.
Por lo que tal vez Volkswagen debería plantearse al final del tercer ciclo, que deberían ser unos 9 años después de su matriculación, y con un limite habitual de kilómetros de 15.000 al año de los sistemas de renting, supondría que para ese momento el coche tendría en torno a los 135.000 km en su marcador. Una cifra para nada exagerada donde si hablamos de las versiones de más capacidad de batería, 77 kWh, supondrá mantener entre 360 y 400 kilómetros de autonomía según los datos WLTP.
Incluso si hablamos de la batería intermedia, de 58 kWh, con entre el 70% y el 80% debería ofrecer una autonomía de unos 300 km y 340 km con cada carga para esa fecha.
Cifras que como vemos, hacen que el mandar el coche a reciclar parece un desperdicio de recursos y provocar emisiones innecesarias con vehículos perfectamente capaces y que podrán cubrir las necesidades de movilidad de millones de potenciales clientes.