Uno de los centros de Fraunhofer en Alemania, el Instituto para la Ingeniería de Manufacturas y Automatización (IPA), está desarrollando un robot que pueda desmantelar baterías fuera de uso de vehículos eléctricos para facilitar el reciclaje a gran escala. Cuantos más coches eléctricos se vendan hoy, más baterías habrá que desmantelar y reacondicionar/reciclar dentro de unos años.
Anticipándose a ello, el IPA quiere un robot que pueda desmontar cualquier batería, teniendo en cuenta que no hay un estándar y que cada una puede tener los tornillos o remaches en lugares diferentes. Otra complejidad sobrevenida es que, con el paso del tiempo, algunos tornillos no habrá forma de quitarlos por haberse degradado, y entonces habrá que fresar, lo cual es mínimamente peligroso.
El proyecto DeMoBat (desmantelamiento industrial de baterías) se encuentra a la mitad. Posiblemente en este otoño podamos ver un demostrador funcional del robot. Los pasos posteriores, que implicarían comprobación de las celdas una por una, ya necesitarían intervención humana. Desde el punto de vista de la seguridad, el utilizar robots permite ahorrar riesgos a los operarios si algo sale mal.
En cierto modo, el robot es como una navaja suiza. Dispone de más herramientas, como una suerte de abrelatas que rompa los precintos de las carcasas. Más complicado resulta separar las celdas individualmente tras retirar los conectores eléctricos, así como lidiar con cables y enchufes. Este proyecto de robótica emplea visión computerizada, la misma tecnología que hay detrás de las cámaras en los coches autónomos o de nivel 2 en adelante.
La duración total del proyecto es de tres años. Max Weber, gerente del proyecto, declaró: «En el futuro, también nos gustaría desarrollar soluciones que permitan reciclar los componentes recuperados y aún intactos de una batería para un ciclo de vida adicional y combinarlos nuevamente en un nuevo paquete». Las celdas que ya estén fuera de uso tendrán como destino el reciclaje.
Este último proceso está en continuo proceso de mejora, ya que no se recupera el 100% de los componentes y son muy valiosos: níquel, manganeso, litio, cobalto, cobre, etc. Por ejemplo, Northvolt produjo con éxito la primera celda de batería NMC a partir de materiales reciclados, aunque hubo una fracción irrecuperable. Hay investigaciones en proceso para aumentar la cantidad de materiales, con menos energía, y en menos tiempo, como el proyecto de investigación basado en ultrasonidos del que ya os hablamos.