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Primeras impresiones de un cliente después de 1.500 km con un Dacia Spring Electric

Desde Francia nos llega un testimonio de una de las primeras propietarias del Dacia Spring Electric en Francia. Se lo entregaron en octubre y ya ha hecho 1.500 kilómetros en desplazamientos habituales. Podría haberlo recibido dos meses antes, pero hubo un retraso con la entrega. En general, podemos decir que Alexandra, la propietaria del coche, está muy satisfecha con su compra.

Se trata de un caso muy favorable de uso del coche. Recorre habitualmente las mismas distancias hasta la guardería y hacer la compra durante el día, y para el trabajo de su marido más tarde. Carga cada dos días en un enchufe convencional en su vivienda adosada con garaje, no optó por el extra de 500 euros para recargar a 30 kW. Sus desplazamientos son por poblaciones y carreteras convencionales, luego las prestaciones del coche -muy limitadas- no suponen ningún tipo de problema.

Las quejas de Alexandra vienen más desde el punto de vista práctico. Lo principal es la falta de espacio en el habitáculo, llevando a un bebé de dos años en la sillita infantil hay que adelantar el asiento del copiloto forzosamente. Por otro lado, el maletero se queda muy justito de capacidad si se lleva un carrito, los cables, etc. Encontró una caja de plástico a medida para poder aprovechar el hueco que queda en el vano motor, donde deja los cables, triángulos y chaleco.

También marca como mejorable el tema de las ventanillas traseras, ella no tiene control sobre las mismas. Destaca más las ventajas: ahorro de combustible respecto a su coche anterior -un viejo Twingo-, que no hay que cambiar de marchas ni usar el pedal del embrague, el confort de rodadura, etc. Le resulta tan silencioso que aprecia más cualquier otra fuente de ruido: neumáticos, aerodinámica, intermitentes, limpiaparabrisas, etc.

El consumo que le sale es 13,8 kWh/100 km, por lo que la autonomía real que obtiene se acerca a los 200 kilómetros. Teniendo en cuenta todos los factores, prácticamente es una clienta ideal para este coche. En cuanto a las necesidades de transporte de larga distancia la unidad familiar cuenta con otro coche, un Peugeot 3008. No sabemos si gasolina o diésel, ya que se refiere a él como «térmico», ni el año de fabricación.

Otro aspecto por el que se decantó por el coche es estrictamente económico. En el caso más optimista se puede comprar este coche en Francia por 1.281 a 3.903 euros, acumulando todas las ayudas posibles. En un término medio -desconocemos las circunstancias económicas de Alexandra- el Spring puede salir por 7.403 a 9.903 euros, considerando que el Twingo ha pasado a mejor vida acabado en un desguace. Un Sandero base le habría costado más, pues el precio «a partir de» (TTC) es de 9.990 euros.

Está claro que el Dacia Spring no es el coche adecuado para el que quiere recorrer 200 kilómetros diarios a una velocidad de 120 km/h por autopista, ni para quien necesite mucho espacio o pretenda adelantar con frecuencia. Sin embargo, cada coche tiene su cliente correcto, y en el caso de Alexandra, casi le encaja como un guante.

En Francia la marca de origen rumano del Grupo Renault funcionó bien prácticamente desde el principio, y no tardó en convertirse en una de las más vendidas. De un planteamiento de estrictamente esencial, la marca ha ido añadiendo varias mejoras en conveniencia como es la cámara de aparcamiento trasera, mejoras en materiales del interior, algún detallito estético… que no suponen apenas incremento en el precio y son muy apreciadas.

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